Cactus de Navidad, Zygocactus truncatus, Schlumbergera truncata

Cactus de Navidad, Zygocactus truncatus, Schlumbergera truncata

Este cactus de bosque , originario de las selvas de Brasil , es muy diferente de sus parientes los cactus de los desiertos y zonas áridas y sus necesidades de cultivo también son diferentes. En la naturaleza, los llamados cactus de bosque, viven colgados de las ramas de los árboles o en las hendiduras de las rocas de las montañas de las selvas tropicales como las plantas epífitas que en realidad son, por tanto están acostumbrados a una elevada humedad en el aire y no a la sequía extrema de los desiertos. Son plantas que florecen durante el ciclo de días cortos y por eso florecen desde noviembre a febrero en nuestras latitudes, de ahí que  se le de el nombre de cactus de Navidad, cactus de Pascua o en los Estados Unidos, Thanksgiving cactus o sea cactus de Acción de Gracias, en cuanto al nombre científico de la especie, últimamente se le denomina Zygocactus pero tiene una abundante sinonimia con nada menos que once nombres científicos más de los cuales el otro más usado es Schlumbergera  que comparte con Schlumbergera gaertneri, especie muy parecida pero con flores algo más pequeñas con forma de embudo con numerosos pétalos de color rojo.

Las flores de estos cactus son de mediano tamaño. con una indudable belleza tropical y son muy abundantes y se renuevan durante meses. Las hay en varios colores, rojas, rojas combinadas con blanco, rosadas, fucsias o completamente blancas, siempre con el característico grupo de estambres prominentes rematados por el estigma de color magenta. Los tallos y hojas son planos y segmentados, de color verde y de ellos brotan directamente los capullos.
En cuanto al cultivo al ser cactus epifitos del bosque tropical, están acostumbrados a vivir bajo la sombra de árboles frondosos por lo que debe evitarse su exposición al sol directo, pueden soportar algo de sol en invierno pero en verano acabaría por matarlos, tampoco resisten la sequía pues en estos bosques llueve mucho pero dado que los cactus viven colgados de las ramas, el agua también se escurre con facilidad por lo que debemos evitar encharcar el sustrato, lo ideal es regar un poco cada cinco días más o menos durante el invierno mientras están en flor, a partir del mes de febrero y hasta finales de marzo, inician un periodo de descanso en los que hay que regarlos poco, cada quince días y mantenerlos en una habitación fría sin calefacción, a continuación desde abril y hasta mediados de septiembre se les vuelve a regar normalmente cada cinco días, procurando dejar secar un poco el sustrato entre riego y riego, en cuanto a temperaturas se debe evitar sacarlos al exterior durante las épocas frías y con heladas que podrían matarlos, de echo pueden vivir permanentemente en el interior de la casa, pero en verano agradecen que se los coloque en el exterior en un lugar a la sombra, desde mediados de septiembre y en octubre entran en el periodo de prefloración y nuevamente hay que regarlos poco y mantenerlos en un lugar fresco hasta que empiecen a salir los capullos cuando volveremos a regarlos normalmente y procuraremos que estén en un lugar más cálido de la casa. Es mejor usar agua no calcárea en las regiones en que el agua la contenga en exceso. Una cosa importante, en cuanto empiecen a brotar los capullos, no girar las plantas o se les caerán.
Al ser plantas epifitas no necesitan crecer en una maceta muy grande pero si al desarrollarse se les queda pequeña, podemos trasplantarlos después de la floración, también se pueden multiplicar mediante los segmentos, “hojas”, que podemos separar y plantar en verano y que arraigan fácilmente. Fuera de las épocas de reposo pueden fertilizarse con un fertilizante para plantas de flor, una vez al mes.

Las únicas plagas que pueden atacarle en el interior son la cochinilla algodonosa o los pulgones y en esos casos con un insecticida adecuado se eliminarán, pero en el exterior pueden verse gravemente atacadas por caracoles y babosas.

Hierbas culinarias y verduras en la ventana de la cocina, 1ª parte Salvia, Salvia officinalis

1ª parte: Salvia , Salvia officinalis
Comienzo hoy con una serie de entradas sobre hierbas culinarias y algunas verduras que pueden ser cultivadas fácilmente en el alfeizar de una ventana o en un balcón y por supuesto en cualquier lugar de una terraza o jardín, sin embargo me parece que el lugar más adecuado, si disponemos de suficiente espacio, es en la ventana de nuestra cocina, el mejor lugar para tenerlas todas juntas y a mano cuando necesitemos recolectarlas y también porque así las separamos de las demás plantas lo que es importante porque con frecuencia tenemos que tratarlas con insecticidas y otros productos químicos que no nos interesa que contaminen las hierbas o verduras que vamos a comer. Mi propósito es tratar sobre las hierbas más usuales en la cocina y que se adaptan bien a ser cultivadas en pequeñas macetas, es decir: Salvia, Tomillo,Romero,Albahaca,Cilantro,Perejil,Cebollino,Orégano y Menta, además de dos verduras que como veremos las acompañan muy bien :Tomate Cherry y Capuchinas. Hay que decir  que casi todas estas plantas tienen también un uso medicinal aunque yo no me centraré mucho en eso por no ser mi especialidad.
Empezamos por la Salvia, Salvia officinalis,  familia lamiáceas, que tiene muchas variedades con hojas variegadas incluso con tres colores, hojas púrpuras o amarillas etc.  pero yo cultivo la especie tipo de hojas verde grisáceas pubescentes y flores blanco-violáceas en racimo que alcanza hasta 70 centímetros de altura. Esta planta es propia de la región mediterránea y prefiere suelos poco fértiles y soleados, condiciones que debemos proporcionarle para su cultivo en maceta utilizando una mezcla de tierra de cultivo normal mezclada con arena y piedrecitas para garantizar el drenaje, sin embargo cultivada a pleno sol, durante el verano, habrá que regarla a diario para evitar que se agoste, lo que se nota porque sus hojas se abarquillan y penden hacia bajo. La ventana de mi cocina está orientada al sur  en un patio de luces con azulejos blancos, en esas condiciones la cantidad de luz reflejada y el calor pueden ser muy agobiantes incluso en Asturias, quien tenga otro tipo de orientación puede regar menos, en cualquier caso debe evitarse que quede agua estancada en el plato del tiesto lo que podría matarla en caso de ser permanente.  Aunque no le gusten demasiado los suelos ricos, con tanto riego que lava el sustrato, habrá que abonar una vez al mes  en primavera con un fertilizante equilibrado.

Florece en verano, una vez las flores se marchiten corte los tallos florales, así florecerá repetidamente con una floración muy atractiva y se mantendrá aseada, además en primavera temprana se poda a unos 15 o 20 centímetros del suelo para mantener su forma. Esta planta resiste los fríos más intensos siempre que no superen los 20 grados bajo cero, pero aún así es conveniente cubrirla a partir de finales de otoño con turba o paja alrededor de la superficie del tiesto.

 Usos culinarios: Ésta hierba cuyas hojas tienen un sabor ligeramente picante la hacen adecuada para carnes grasas especialmente cerdo y cordero, realza el sabor del marisco, sopas y salsas y es una de las que entran en la composición llamada Hierbas Provenzales pero debe usarse con moderación porque tiende a anular el sabor de otras especies, la  salsa de mantequilla a la salvia es deliciosa y se puede usa como aderezo de la pasta, incluso sus hojas se pueden consumir fritas en tempura. Sin embargo en España no es una hierba muy usada.

Usos medicinales: Tiene muchos, de hecho su nombre viene de “salvus” en latín sano, y officinalis que significa medicinal, pero yo sólo mencionaré que la infusión de sus hojas se utiliza contra la indegestión.
.