sábado, 26 de febrero de 2011
Dipladenia splendes y Pandorea jasminoides, Trepadoras tropicales
Tropicales si, pero perfectamente cultivables al exterior en las zonas climáticas donde la temperatura mínima invernal no baje de los 5º aunque ocasionalmente pueden aguantar algún grado bajo cero siempre que estén adecuadamente protegidas, por ejemplo con un velo de protección invernal. La Pandorea, segunda foto, es más resistente que la Dipladenia, esta última debe cultivarse siempre protegida por una pared en una posición al abrigo de los vientos fríos, tal y como se puede observar en la siguiente fotografía.
Esta variedad de Dipladenia splendes ha sido recalificada por los botánicos como Mandevilla splendens , y este en concreto es el cultivar llamado“Afrodita” que es un híbrido de flor rosada con el tubo central amarillo y hojas oblongas, coriáceas y lustrosas de un verde manzana muy agradable a la vista, las hojas permanecerán en la planta todo el año si están situadas en un lugar bien abrigado o son cultivadas en clima mediterráneo o subtropical, en otro caso son caducas. Florece en los tallos nuevos desde primavera hasta el principio de otoño. Pertenece a la familia de las Apocináceas y su origen es Brasil. Los manuales dicen que necesitan espacio al menos de un metro de altura para trepar, pero mi experiencia me dice que pueden llegar mucho más alto si no se podan, por ejemplo la de la fotografía ya llega al tejado por encima de los dos metros y medio. Sus tallos son volubles y se enroscan en el soporte que les pongamos para trepar de otra manera tienden a enrollarse sobre si mismas formando un arbusto muy enmarañado.
La Pandorea jasminoides tiene flores algo más pequeñas, tubulares blancas con la garganta purpurea, aparecen en panículas terminales, florece durante finales de primavera y hasta el final del verano. Este es un arbusto vigoroso que puede desarrollarse muchos metros incluso hasta dos metros por temporada en condiciones ideales de clima agua y nutrientes pero como podemos podarla tanto como queramos la tendremos a la altura que deseemos. Las hojas de la Parra jazmín son persistentes, opuestas formadas por 5 a 9 hojitas subsésiles ovado-lanceoladas brillantes. como ya he dicho, es más resistente al frío que la Dipladenia; pertenece a la familia de las Bignoniáceas y su origen es Australia.
El cultivo de estas trepadoras es similar : en terraza necesitarán una maceta de unos 20 cm de diámetro mientras son pequeñas hasta llegar a un macetón definitivo entre los 40 y 50 cm de diámetro, no son plantas a las que les gusten los trasplantes así que florecen mejor si no las molestamos todos los años con nuevos trasplantes. Sirve cualquier buen sustrato de calidad adecuado para plantas con flor, el que se usa para rosales va muy bien. Un buen drenaje es esencial ya que a estas plantas les gusta el sol y el calor así que cultivadas en maceta debemos regarlas prácticamente a diario, también es necesario una buena humedad ambiental mediante aspersiones de agua a la plantas (fuera de las horas de pleno sol), lo que es esencial para la Dipladenia pero no tanto para la Pandorea que procede de un clima más árido. Se pueden podar a principios de primavera, cuidado con el látex de los tallos de Dipladenia que es venenoso. Si queremos reproducir estas plantas podemos aprovechar los esquejes semi-maduros y aún verdes colocándolos en un sustrato arenoso bajo plástico o cristal. Pandorea también se multiplica por semilla. A mediados de otoño o en invierno, según la dureza del clima, podemos retirarlas al interior en un lugar fresco y luminoso cuya temperatura se mantenga alrededor de los 10º C, o bien dejarlas en su lugar protegiéndolas bien en su base con paja u otro material y cubriendo sus ramas con velo de protección, los riegos se espaciarán cada vez más manteniéndolas más bien secas. En los climas suaves o subtropicales no hace falta tomar ninguna precaución especial.
Estas trepadoras agradecerán que se les suministre durante la época de crecimiento y floración, un fertilizante para plantas de flor, es muy adecuado el que se usa para rosales.
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domingo, 20 de febrero de 2011
Aguileña, Aquilegia
Las Aguileñas son plantas vivaces de la familia de las Ranunculaceae cuya flor característica tiene una forma realmente original, probablemente sea por esto que la planta tiene una gran cantidad de nombres comunes bastante imaginativos tales como Copa de Rey, Flor de los Celos, Pajaritos, Manto Real, Cofia de Abuela e incluso Clérigos Cabeza Abajo entre otros, aunque los más usados son el de Aguileña y el de Colombina. Sin duda el hecho de que sea una planta autóctona de nuestro país y en general de todo el Continente Europeo, ha contribuido a la proliferación de nombres vulgares.
En los bosques y prados naturales del norte de España podemos encontrar Aquilegia vulgaris (arriba en compañía de Aquilegia chrysantha en color amarillo) y Aquilegia pyrenaica ( foto de la izquierda) en Centro Europa encontramos también la Aquilegia alpina. Pero este genero comprende unas 70 especies, algunas nativas de Norteamérica y Sudáfrica. Entre las especies cultivadas existen numerosos híbridos con flores simples o dobles, muchas bicolores en una amplia gama de tonos que van del blanco, amarillo, verdoso, rojo, rosa, azul y color chocolate casi negro. Sus hojas son también muy bonitas, tipo helecho, formadas por varios foliolos fuertemente lobulados y presentan un color verde glauco. La planta es tóxica a pesar de lo cual se la considera medicinal. Una curiosidad es que sus semillas, también tóxicas, parece que eran ingeridas antiguamente por las cortesanas para realizar su oficio con más ardor, así que no es de extrañar que , en el lenguaje de las flores, la aguileña simbolice la locura de amor. Son plantas que van muy bien en un jardín de estilo campestre o para el arriate herbáceo y desde luego se dan perfectamente en macetas o jardineras.
Las Aguileñas florecen desde primavera hasta comienzos del verano, sus tallos florales alcanzan los 90 cm de altura y les va mejor un suelo ácido o neutro, crecen al sol o a media sombra, esta última será más conveniente en los climas calurosos, necesita una humedad regular sin encharcamientos y puede plantarse sin temor en climas muy fríos, ya que son totalmente rústicas, en cualquier caso debemos recortar la planta a ras de tierra a principios de primavera para provocar el crecimiento de una nueva vegetación. Como planta vivaz que es, vivirá muchos años y formará matas que pueden dividirse a principios de primavera o en otoño, pero además forman una gran cantidad de semillas en las cápsulas dehiscente (es decir, que se abren al madurar para liberar las semillas) por lo que tiene una gran facilidad para resembrarse por si misma, así que yo suelo encontrarme todas las primaveras una gran cantidad de plantitas de Aguileña distribuidas por las macetas, si queremos evitar esto, debemos recortar los tallos después de la floración, pero para quien desee recrear un ambiente de sotobosque en un lugar del jardín, es una planta ideal. Si queremos sembrar semillas de híbridos, lo mejor es hacerlo en primavera en recipientes colocados en un lugar templado y a la sombra. Manteniendo el suelo con el grado justo de humedad, germinarán en unos 20 días.
En cuanto a enfermedades y plagas a veces la ataca el oídio si hay exceso de humedad, los pulgones pueden aparecer en primavera.
sábado, 12 de febrero de 2011
Begonias arbustivas
La familia de las begonias es de las más extensas de la naturaleza, existen cientos de especies, según algunos expertos más de 1300, a las que habría que añadir miles de formas hortícolas, variedades e híbridos, pero curiosamente ninguna crece silvestre en el continente europeo, todas son de origen tropical o subtropical, principalmente de América del Sur, África, China, Assam y las Islas Molucas, y pueden ser anuales o perennes, de raíz fibrosa o tuberosa. Cultivadas por sus flores o por su follaje decorativo, en este artículo vamos a tratar de dos de las begonias llamadas arbustivas o también de tallo de caña y de raíz fibrosa, que pueden ser usadas tanto en interior como en exterior en clima suave o bien durante la temporada de mediados de primavera hasta el otoño en otros casos. Se trata de la Begonia corallina “Picta” llamada Begonia de Ala de Ángel, foto superior arriba, de tallos bastante fuertes, hojas carnosas verde brillante punteadas de blanco por el haz y generosa floración en racimos colgantes, y de la Begonia grandis ssp evansiana de tallos más débiles, con grandes hojas ligeramente pilosas con venas rojizas, por el envés de color rojo brillante como se observa en la foto inferior de arriba, en esta la floración de color rosa es menos llamativa. Cultivadas en el exterior, a media sombra o incluso al sol, forman bellos arbustos de hasta 1,90 metros de altura, de aspecto exótico y sus colores destacan y brillan mucho más que cultivadas en el interior, yo las considero plantas ideales para un balcón, patio o terraza ya que por su gran versatilidad seguro que siempre encontraremos alguna variedad que se adapte al entorno más difícil. La Begonia grandis, puede incluso plantarse en plena tierra en el jardín y dejarla en su sitio en el invierno ya que es resistente al frío si el invierno no es excepcionalmente duro, aunque desaparece su parte aérea. Esta combina bien con Hostas e Impatiens en un rincón sombreado.
En el exterior se adaptan al sol siempre que evitemos el sol directo del mediodía, o a la sombra pero sus colores serán más brillantes si no están en una zona de sombra permanente, lo que debemos evitar en verano cuando hace calor, es que las plantas sufran la sequía, hay que regar en cuanto se observe que lo necesitan ya que un golpe de calor, si no las mata, puede dañar su follaje, estropeando bastante su aspecto durante mucho tiempo. En cambio en interior, en una galería por ejemplo hay que evitar colocarlas al sol directo tras un cristal pero necesitan toda la luz que podamos darles. Tanto en uno como en otro caso les va bien la humedad ambiental, quizá por eso se dan muy bien en Asturias, pero donde no la haya habrá que proporcionársela, mediante la adición de turba al sustrato y pulverizando el aire circundante fuera de las horas de sol. Son plantas que necesitan una buena tierra para plantas de flor y que las fertilicemos adecuadamente durante la temporada de floración y crecimiento. En el interior es mejor que el sustrato se deje secar ligeramente entre riego y riego, pero en el exterior debe permanecer algo húmedo pero no encharcado ya que todas las plantas de raíz fibrosa son especialmente sensibles al encharcamiento y se pudren con facilidad, un buen drenaje es esencial y nada de platillos con agua de forma permanente bajo la maceta. Un truco muy sencillo para evitar problemas y a la vez aumentar la humedad ambiental, es comprar una bonita maceta decorativa más grande que la de nuestra planta, en el fondo de esta ponemos una buena capa de guijarros o piedra volcánica y sobre ella colocamos la maceta de la begonia, así evitaremos que las raíces estén en contacto constante con el agua, siempre claro está que no la inundemos, en esto más valen muchos pocos que pocos muchos. En invierno hay que regar muy moderadamente manteniendo el sustrato más bien seco en el caso de la Begonia corallina. La Begonia grandis ssp evansiana desaparece completamente en invierno y vuelve a rebrotar cuando llega el buen tiempo desde sus bulbillos subterráneos, o sea que se comporta como una planta bulbosa y no es necesario regarlas durante el periodo de reposo. En primavera es conveniente podar La B. corrallina, quitando primero todo tallo seco o dañado, y procurando después darle una bonita forma cuando crezcan las nuevas cañas. También se le puede dar forma de arbolito, dejando un solo tallo y podando de tal forma que ramifique sólo en la parte superior.
Las begonias dan flores separadas por sexos, masculinas y femeninas en la misma planta, son dioicas, y naturalmente forman semillas que podemos sembrar y germinan con facilidad, pero la forma más sencilla de reproducir la B. Corallina es el esqueje de tallo con al menos un nudo, que enraíza sin problemas en un sustrato húmedo en mayo y junio, incluso lo hace en agua. La B. grandis también se puede multiplicar así y aún más sencillamente extrayendo del suelo algunos bulbillos y replantándolos.
Las enfermedades fúngicas no suelen ser un problema con estas dos especies si las condiciones de cultivo son las adecuadas. En cuanto a plagas en el interior la cochinilla algodonosa, la mosca blanca y la araña roja pueden atacarlas. En el exterior a veces las ataca el pulgón pero a mi no me han dado problemas con ninguna plaga.
viernes, 4 de febrero de 2011
Rosal The Fairy
Este rosal es todo un clásico que ha permanecido en los catálogos de rosales arbustivos desde su aparición en el mercado introducido por la cultivadora británica Anne Bentall en el ya lejano 1932, es un cruce entre las variedades pompón miniatura Paul Crampel y el rosal enredadera eduardiano Lady Gay. El resultado es un arbusto de porte bajo que alcanza unos 70 cm de altura formando una mata de una extensión similar, aunque cultivado en maceta, incluso una del tamaño de las usadas para geranios de 20 cm de diámetro, puede mantenerse en tamaño más reducido sin que se pueda considerar en ningún caso un rosal miniatura. Produce una gran profusión de flores rosa claro agrupadas y entre el follaje de sus hojas verde claro. Empieza a florecer más tarde que otros rosales pero entonces su floración es intermitente en profusión aunque siempre tendrá alguna flor. Tiene fama de ser un rosal muy resistente a las enfermedades típicas de los rosales.
Las flores carecen de aroma y no producen escaramujos pero se pueden usar como flores de jarrón porque se desarrollan sobre cañas de regular tamaño aunque bastante espinosas.Debe ser tratado y podado como cualquier otro rosal arbustivo en cuanto a cultivo, exposición y fertilización. Existen también variedades más modernas de este rosal en blanco y rojo y también se puede obtener como rosal de pie alto llorón. La variedad normal puede ser usada como tapizante o como colgante si la cultivamos suspendida en un recipiente.
Su nombre inglés “the fairy” significa “el hada” y me parece bastante apropiado por su aspecto general y sus graciosas flores.
sábado, 29 de enero de 2011
Hippeastrum, Azucena de Barbados
El nombre botánico de esta hermosa planta deriva de las palabras griegas hippeus, jinete o caballero y aster estrella, o sea que vendría a significar algo así como estrella de caballero pero no está claro el por qué de la elección de este nombre para esta planta tan espectacular cuando está en flor, de hecho allí donde se coloque su floración será con toda seguridad el centro de atención ya que nadie puede sustraerse a la admiración de sus grandes flores de llamativos colores. Pertenece a la familia de las Amaryllidaceae, una extensa familia de plantas bulbosas que cuenta con muchas especies de gran belleza, incluso antes se la clasificaba como Hippeastrum amaryllis, pero ahora este segundo nombre se utiliza para su pariente la Amaryllis belladona de la que también se encuentra un artículo en este blog. La especie es originaria de América Central y del Sur.
Esta es una planta que se cultiva casi exclusivamente en maceta fuera de las regiones tropicales o subtropicales donde se puede plantar en plena tierra, esto se debe a que no sólo no tolera temperaturas muy frías sino que tampoco soporta la humedad invernal en climas lluviosos ya que su bulbo de gran tamaño se pudre fácilmente en condiciones de humedad constante, sobre todo por la zona del “cuello” por donde surgen los brotes y las hojas, por esta razón debe plantarse con la mitad superior del bulbo fuera de la tierra. El sustrato debe ser de muy buena calidad, rico en nutrientes y bien drenado para evitar cualquier estancamiento; es conveniente plantarlo en primavera, colocando la maceta en un lugar cálido y comenzar a regarlo con precaución. Cuando el tallo tenga entre 5 y 10 cm de altura podemos regarlo algo más y debemos empezar a suministrarle fertilizante para plantas de flor en las dosis aconsejadas ya que esta planta es una gran consumidora de nutrientes. Puede ser aconsejable añadir al sustrato algún fertilizante orgánico de liberación lenta. Cuando las flores se hayan marchitado hay que seguir regando y fertilizando si queremos que el bulbo se vaya haciendo más grueso, eso es lo que garantizará la floración de los años sucesivos y que nuestra planta de cada año no sólo uno sino incluso hasta tres tallos floridos. Las flores por cierto pesan bastante y a veces en el interior o en zonas del exterior expuestas al viento, los tallos se rompen, por eso es conveniente colocarles algún soporte con cuidado de no dañar ni el bulbo ni las raíces carnosas de la planta, la mejor opción es colocarlos en el momento de plantar el bulbo. La exposición al sol o media sombra. Quien pueda plantarlo en el exterior, por ejemplo en las Canarias y en algunas zonas del Mediterráneo deben en cualquier caso colocar una capa de drenaje bajo el bulbo para asegurarse que resista durante años sin problemas.
La floración suele ocurrir en invierno o principios de primavera .Una vez que la floración se acaba el interés de la planta baja mucho así que podemos colocarla en el exterior resguardado o en un segundo plano, pero sin dejar de cuidarla hasta que las hojas acintadas empiecen a secarse lo que ocurre generalmente en verano, entrando en periodo de latencia, momento en que debemos de dejar de regar y de fertilizar, sin hojas los bulbos plantados en su maceta pueden colocarse hasta en un sitio oscuro pero siempre fresco. El periodo de latencia dura unas diez semanas y el ciclo se reinicia en otoño, entonces los pasamos sin sacarlos de la maceta a un lugar más cálido, retiramos la tierra superficial alrededor del bulbo y la cambiamos por otra nueva sin desenterrarlo. No conviene trasplantarlo ya que compromete la floración, pero si la maceta se le queda muy pequeñas o cada tres años podemos hacer un trasplante procurando conservar todas las raíces sanas que podamos . También es conveniente cortar el tallo floral por la parte de arriba una vez que las flores estén marchitas par evitar que formen semillas, pero el resto del tallo debe permanecer para que el bulbo reabsorba los nutrientes que contiene.
Actualmente apenas se cultivan las especies originales de esta planta y en cambio encontramos una grandísima cantidad de híbridos en el mercado, con flores simples o dobles, de varios colores o con colores puros, gigantescas o de tamaño mini, y la paleta y combinación de colores no cesa de crecer hasta el punto de que ya se han conseguido ejemplares de color amarillo, hasta ahora sólo el azul se les resiste. Los de las fotos pertenecen a la variedad clásica y popular llamada “Minerva”.
A veces encontramos bulbos forzados en algunas floristerías y cultivadas en recipientes de cristal con agua como en el caso de los jacintos, son una decoración muy bella pero es altamente improbable que consigamos una floración de esos ejemplares en el año siguiente.
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domingo, 16 de enero de 2011
Bergenia cordifolia, Hortensia de invierno
Esta planta vivaz es una extraordinaria planta de cobertera para alegrar el jardín en invierno, cuando muy pocas plantas tienen flores, de hecho estas imágenes están tomadas en este mes de enero, además en otoño sus hojas carnosas y grandes adquieren tonos rojizos sobre todo si el frío aprieta, cosa que no es ningún problema para esta especie de la familia de las Saxifragaceae cuyo origen es Siberia, lo que nos indica bien claramente su capacidad de resistencia a los rigores invernales más extremos. Crece bajo árboles y arbustos y se extiende rápidamente en condiciones favorables si la dejamos. Su nombre popular de Hortensia de invierno viene de una cierta semejanza entre las flores y sobre todo las hojas con los de la Hydrangea que pertenece a la misma familia botánica, pero ahí se acaban las semejanzas ya que esta es una planta todo terreno que se adapta a todo, sol, sombra, terreno ácido, calcáreo, húmedo o seco. La única precaución en climas muy calurosos es no ponerla a pleno sol y regar en verano, por lo demás habrá que dividir las plantas en otoño cuando estén demasiado apretadas lo que nos servirá para obtener nuevos ejemplares. La floración más común es en color rosado pero también hay variedades blancas, rojas , lilas y purpúreas. Hay también una variedad, B. purpurascen que tienen hojas purpúreas todo el año. Las matas son bajas y cuando florecen lo hacen sobre tallos de unos 15 cm de altura, esto las hace muy compatibles para colocarlas en primera línea de un arriate herbáceo o mixto o en un arreglo de jardinera donde quedará muy bien en compañía de bulbosa primaverales como los narcisos, jacintos , muscaris etc. también combina bien como coberteras de Rododendros de cierto tamaño, Arces japoneses e incluso rosales de tipo silvestre como los Rugosa.
Un hermoso macizo de bergenias en plena floración.
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martes, 4 de enero de 2011
Balcones floridos del Tirol, Austria
Un seguidor de este blog, me ha sugerido publicar algunas imágenes de los bellísimos balcones floridos que durante la primavera y verano podemos admirar en ese magnífico país que es Austria, especialmente en su región del Tirol, donde el cultivo de plantas floridas en los balcones de sus casas típicas le deja a uno con la boca abierta de verdadera admiración ante tanta maestría jardinera en un espacio tan reducido. Hace unos años tuve la ocasión de visitar Austria en varias ocasiones y pude ver in situ muchos balcones como estos de la pequeña localidad de Alpbach y en otras localidades del valle de Ziller (Zillertal). Estas fotografías no son sin embargo mías sino que las he encontrado en Internet y pertenecen a un enamorado de Austria que responde al pseudónimo de zillertalfan. Las publico aquí con mi agradecimiento al autor.
Me pregunto si lograremos algún día en nuestro país alcanzar una cultura jardinera que nos permita recrear tanta belleza y tanto amor por la naturaleza como nos muestran estas imágenes. Hay que decir que estos ejemplos no son casos aislados de unos pocos aficionados sino que podemos encontrarlos en una mayoría de casas campesinas. Las flores más utilizadas son los geranios de hiedra, Pelargonium peltatum y los famosos Claveles del Tirol, pero se suelen combinar con otras especies de flor o de follaje y siempre con verdadero gusto. En realidad todo el paisaje rural de Austria es de una belleza impresionante, su naturaleza está tan bien conservada y tan cuidada por sus habitantes que se puede decir que el hombre mejora el paisaje y no lo estropea como en otros sitios.
Disfrutemos de los balcones de Austria y ojala nos inspiren en nuestras casas.
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martes, 21 de diciembre de 2010
Los colores del Otoño
viernes, 26 de noviembre de 2010
Plantas anuales para dar color a una terraza o balcón en verano 3.
Seguimos con la serie sobre plantas anuales con dos especies estrechamente emparentadas y con las mismas necesidades de siembra y cultivo, las Clarkias , imágenes de arriba y junto a estas líneas y las Godetias. Estas graciosas plantas de verano proceden de las praderas del Norte de América, pero naturalmente las variedades que podemos encontrar son híbridos de jardinería. Las Clarkias, Clarkia elegans, suelen pertenecer al grupo “Bouquet Mixed” de unos 60 cm de altura y existen en colores rojos, rosa, blanco y púrpura. Sus flores dobles o semidobles parecen pequeñas malvarrosas
Las Godetias, imagen de la izquierda, es en todo semejante salvo que sus flores son más grandes abiertas en forma de embudo y con marcas más oscuras características. Algunos llaman a esta planta Azalea de verano porque sus flores se le parecen un poco. La paleta de colores es semejante a los de las Clarkias y hay variedades bajas de 22 cm y hasta 60 cm de altura.
Estas plantas es muy recomendable sembralas a principios de primavera en el sitio donde hayan de florecer, evitando trasplantes ya que sus raíces son muy finas y delicadas. Aclarar a la distancia requerida pero conservando siempre varios ejemplares ya que son más vistosas formando grupos. Florecerán durante todo el verano en macetas y jardineras con un sustrato ligero o medio, mejor algo ácido, y siempre a pleno sol. Sembradas en el jardín es conveniente estacarlas.
Los Tagetes o Claveles del moro son tan conocidos que no necesitan presentación. Los dos grupos más frecuentes son los de la variedad Tagetes erecta, también conocidos como Caléndulas africanas, son las más altas, de hasta 90 cm de altura, con grandes esferas de flor en diversos tonos de amarillo y naranja, incluso de un amarillo muy claro casi blanco. Los de la imagen pertenecen a los híbridos que se comercializan bajo la denominación Crackerjack Mixed. Esta especie segrega una sustancia a través de las raíces que destruye los nematodos y anguilulas que pueda haber en el terreno, así que a veces se utiliza como desinfectante natural sembrado junto a verduras susceptibles a estas plagas.
La segunda variedad es la de los Tagetes patula, llamadas Caléndulas francesa, son más bajas y de flores más pequeñas, pero es la más popular con numerosísimas variedades y mezcla de colores siempre dentro de la paleta de los amarillos, naranja e incluso marrones. Nunca he llegado a comprender porque se les llama tagetes africanos o franceses cuando la especie procede de México y nada tiene que ver ni con Francia ni con África.
Los Tagetes son de las anuales más sencillas de sembrar y cultivar, resisten bien el trasplante, incluso en flor, y sólo necesitan pleno sol y que se vayan quitando las cabezuelas de flores marchitas, recomendación válida para todas las plantas anuales para prolongar la floración y mejorar su aspecto. Se pueden sembrar desde el inicio de la primavera en climas suaves o bajo cristal o a mediados de la estación en climas más fríos.
Las Siemprevivas son muy utilizadas como flor desecada dado que sus flores de tacto pajizo se conservan durante mucho tiempo si cortamos los tallos y las ponemos a secar boca abajo antes de que las flores se abran del todo, al aire libre en un lugar donde no les de el sol. Pero los Helichrysum bracteatum, nombre científico de las Siemprevivas o Flores de paja, merecerían se mas utilizadas como plantas de flor ya que también duran mucho en la planta y tienen una indudable belleza, con sus colores cálidos que iluminarán cualquier balcón o jardín. Las variedades más altas quizá no sean las más adecuadas para un alfeizar de ventana pero hay variedades compactas de unos 30 cm como “Hot Bikini” con flores de color escarlata. Las siemprevivas también las encontraremos en tonos amarillos naranjas,rosa, púrpura y blanco. Se siembran en primavera y en este caso también es recomendable que se haga en el lugar donde han de florecer pues es delicada con el trasplante. Vale cualquier sustrato o suelo de jardín a pleno sol.
Para terminar por hoy vamos a tratar de una planta también muy conocida y de abundante floración en una gran variedad de colores excepto el azul y el amarillo. La ventaja de esta planta es que si todas las demás anuales necesitan bastante sol, en este caso podemos utilizarla para lugares a media sombra e incluso con sombra completa allí donde otras anuales no conseguirían sobrevivir. Se trata de la Begonia semperflorens cuya facilidad de adquisición y bajo precio hace innecesario sembrarla aunque si queremos hacerlo debemos sembrarla en primavera pero ya advierto que su reproducción por medio de semillas no es fácil y requiere tener cierta experiencia . A estas plantas les va mejor un suelo rico en humus pero a parte de eso también son muy sencillas de cultivar, con un riego adecuado y fertilizante de vez en cuando florecerán sin parar durante todo el verano y hasta que las primeras heladas empiecen a dañarlas. Además de la gracia de sus flores, las hojas también son decorativas sobre todo en las variedades que las tienen color bronce o cobrizo.
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viernes, 12 de noviembre de 2010
Plantas anuales para dar color a una terraza o balcón en verano 2. Las Trepadoras
Siguiendo con la serie sobre plantas anuales hoy toca comentar algunas trepadoras de sencillo cultivo y rápido crecimiento que por si solas o en compañía de otras plantas pueden convertir nuestro balcón, terraza o patio en algo verdaderamente espectacular por el módico precio de un sobre de semillas. Además se trata de semillas bastante grandes y por tanto fáciles de manejar y su germinación no es complicada siempre que sepamos sembrarlas adecuadamente aplicando algunos pequeños trucos par evitar fracasos en esta fase, quizá la más delicada, porque una vez germinadas las semillas y desarrolladas las plantitas, todo lo demás no tiene ninguna complicación.
Empezamos por la trepadora anual, que en mi opinión es la que tiene mayor facilidad en todas las fases de su cultivo entre todas las trepadoras anuales. Empiezo por decir que Tropaeolum majus, la conocida Capuchina cuyas imágenes abren este artículo, es un género que tiene muchos cultivares no trepadores igualmente bellos y adecuados para macetas y jardineras, así que cuando compremos las semillas no basta con que sea de capuchinas, debemos asegurarnos de que se trata de una variedad trepadora si es eso lo que queremos. Las variedades trepadoras alcanzan hasta 1,8 m de altura y se enrollarán sobre cualquier soporte o también pueden colgar o usarse como cubresuelos. Las semillas de estas plantas son gruesas y redondeadas y podemos plantarlas directamente en el lugar en donde van a florecer en primavera una vez pasado el peligro de heladas. Simplemente se hace un hoyito en el sustrato donde se introduce una o dos semillas (al brotar se elimina una de las dos), de manera que la semilla quede cubierta por una cantidad de sustrato similar a su volumen. La tierra debe estar previamente húmeda y mantenerse así hasta la germinación, que se puede acelerar poniendo las semillas a remojo en un poco de agua tibia una 24 horas antes, pero en este caso esto no es estrictamente necesario ya que en todo caso germinarán. Las capuchinas florecen mejor al sol o como mucho a media sombra y en una tierra más bien pobre que no debemos fertilizar más de un par de veces en toda la temporada, de lo contrario tendremos una gran cosecha de sus verdes hojas redondeadas pero muy pocas flores. Estas duran varios días, incluso en un jarrón, y tienen diversos tonos de amarillo, anaranjado y rojo. En verano habrá que regar las plantas con regularidad y quitar todas las flores y hojas secas para prolongar la floración. Si la mata aparece con muchas hojas secas y estropeada basta podarla y volverá a dar nuevos tallos que mejorarán su aspecto. Por cierto las semillas cuando están verdes se pueden encurtir en vinagre y sustituyen a las alcaparras, las flores y las hojas también son comestibles y se usan en ensalada. En clima templado, esta anual se comporta como vivaz y suele auto sembrarse año tras año, de manera que debemos eliminar las plantitas que no queramos. La variedad de Capuchina llamada "Marmorata", en la imagen de abajo, se cultiva sobre todo por sus hojas veteadas como si fueran de marmol.
Otras trepadoras archiconocidas son las Ipomoeas, llamadas comúnmente, Campanillas, Ipomeas o Don Diego de Día, esto último porque sus corolas se abren por la mañana temprano y se cierran al atardecer.
La Ipomoea tricolor ( sin. Ipomoea rubro-caerulea) es la más cultivada y posee híbridos muy bellos como el “Heavenly Blue” de la primera foto o el “Scarlett O’Hara” de la segunda. En la tercera imagen vemos una especie diferente de Ipomea, la I. quamoclit con flores más pequeñas de color rojo escarlata y hojas muy divididas distintas a las acorazonadas de de la I. tricolor. Las flores de estas trepadoras sólo duran un día pero se abren muy numerosas continuamente durante todo el verano hasta el otoño. Las semillas son ovaladas y bastante duras por lo que es necesario remojarlas durante 24 horas en agua templada antes de sembrarlas “in situ” a la misma profundidad que su volumen. A veces se recomienda raspar ligeramente estas semillas con papel de lija para acelerar todo el proceso. Atención estas semillas no son en absoluto comestibles ya que contienen arsénico pero no tienen ningún peligro salvo que nos comamos una buena cantidad, cosa no muy apetecible.
Esta trepadora debe tener todo bastante sol, suelo ligero pero rico y fertilizado
cada 15 días en temporada, mejor ligeramente básico, bien drenado pero no debemos dejar que se agoste por la sequía, de la que se resiente bastante. Trepa con sus tallos enrollados sobre cualquier soporte que le facilitemos. Si cortamos regularmente las cabezuelas de semillas tras la flor, prolongaremos su periodo de floración y evitaremos que se auto siembre por todo el jardín ya que esta trepadora puede ser invasiva, aunque en un balcón esto no será mayor problema.
Por último comentaré la menos conocida de esta serie de trepadoras anuales, la Cobaea scandens, llamada en español Hiedra Morada y Zapato de Obispo, mientras que a los ingleses les recuerda otras cosas como nos indican sus nombres populares en ese idioma: Cup-and-saucer (taza y platillo) y Cathedral Bells (Campanas de la Catedral). La Cobaea procede de América Central donde la flor es fecundada por los murciélagos.
La germinación de las semillas de la Cobaea, es la más azarosa de entre las trepadoras comentadas, y esto por la peculiar forma de sus semillas planas con apariencia de cortezas finas que uno tiende a sembrar por su parte plana lo que con frecuencia impide su germinación porque se pudren antes. El truco es que estas semillas hay que sembrarlas de canto o ladeadas, haciéndolo así no suele dar problemas. También la podemos multiplicar por esquejes.
Estas trepadoras pueden sobrevivir a los inviernos en zonas de clima suave, entonces con los primeros fríos, sus hojas toman un tono morado que es la que le da uno de sus nombres comunes y no sólo las flores, éstas por cierto también pueden ser verde amarillentas casi blancas, pero esta variedad se consigue con más dificultad.
Las cobaeas necesitan sol, agua abundante en verano, sustrato ligero pero rico en humos pero no muy fértil ni fertilizado ya que entonces florecerá poco. Esta trepadora florece tarde en la estación, a partir de agosto y hasta las primeras heladas.
Tras la floración, permanece el cáliz durante un tiempo, el "platillo" al que hace referencia su nombre en inglés.
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