sábado, 29 de enero de 2011
Hippeastrum, Azucena de Barbados
El nombre botánico de esta hermosa planta deriva de las palabras griegas hippeus, jinete o caballero y aster estrella, o sea que vendría a significar algo así como estrella de caballero pero no está claro el por qué de la elección de este nombre para esta planta tan espectacular cuando está en flor, de hecho allí donde se coloque su floración será con toda seguridad el centro de atención ya que nadie puede sustraerse a la admiración de sus grandes flores de llamativos colores. Pertenece a la familia de las Amaryllidaceae, una extensa familia de plantas bulbosas que cuenta con muchas especies de gran belleza, incluso antes se la clasificaba como Hippeastrum amaryllis, pero ahora este segundo nombre se utiliza para su pariente la Amaryllis belladona de la que también se encuentra un artículo en este blog. La especie es originaria de América Central y del Sur.
Esta es una planta que se cultiva casi exclusivamente en maceta fuera de las regiones tropicales o subtropicales donde se puede plantar en plena tierra, esto se debe a que no sólo no tolera temperaturas muy frías sino que tampoco soporta la humedad invernal en climas lluviosos ya que su bulbo de gran tamaño se pudre fácilmente en condiciones de humedad constante, sobre todo por la zona del “cuello” por donde surgen los brotes y las hojas, por esta razón debe plantarse con la mitad superior del bulbo fuera de la tierra. El sustrato debe ser de muy buena calidad, rico en nutrientes y bien drenado para evitar cualquier estancamiento; es conveniente plantarlo en primavera, colocando la maceta en un lugar cálido y comenzar a regarlo con precaución. Cuando el tallo tenga entre 5 y 10 cm de altura podemos regarlo algo más y debemos empezar a suministrarle fertilizante para plantas de flor en las dosis aconsejadas ya que esta planta es una gran consumidora de nutrientes. Puede ser aconsejable añadir al sustrato algún fertilizante orgánico de liberación lenta. Cuando las flores se hayan marchitado hay que seguir regando y fertilizando si queremos que el bulbo se vaya haciendo más grueso, eso es lo que garantizará la floración de los años sucesivos y que nuestra planta de cada año no sólo uno sino incluso hasta tres tallos floridos. Las flores por cierto pesan bastante y a veces en el interior o en zonas del exterior expuestas al viento, los tallos se rompen, por eso es conveniente colocarles algún soporte con cuidado de no dañar ni el bulbo ni las raíces carnosas de la planta, la mejor opción es colocarlos en el momento de plantar el bulbo. La exposición al sol o media sombra. Quien pueda plantarlo en el exterior, por ejemplo en las Canarias y en algunas zonas del Mediterráneo deben en cualquier caso colocar una capa de drenaje bajo el bulbo para asegurarse que resista durante años sin problemas.
La floración suele ocurrir en invierno o principios de primavera .Una vez que la floración se acaba el interés de la planta baja mucho así que podemos colocarla en el exterior resguardado o en un segundo plano, pero sin dejar de cuidarla hasta que las hojas acintadas empiecen a secarse lo que ocurre generalmente en verano, entrando en periodo de latencia, momento en que debemos de dejar de regar y de fertilizar, sin hojas los bulbos plantados en su maceta pueden colocarse hasta en un sitio oscuro pero siempre fresco. El periodo de latencia dura unas diez semanas y el ciclo se reinicia en otoño, entonces los pasamos sin sacarlos de la maceta a un lugar más cálido, retiramos la tierra superficial alrededor del bulbo y la cambiamos por otra nueva sin desenterrarlo. No conviene trasplantarlo ya que compromete la floración, pero si la maceta se le queda muy pequeñas o cada tres años podemos hacer un trasplante procurando conservar todas las raíces sanas que podamos . También es conveniente cortar el tallo floral por la parte de arriba una vez que las flores estén marchitas par evitar que formen semillas, pero el resto del tallo debe permanecer para que el bulbo reabsorba los nutrientes que contiene.
Actualmente apenas se cultivan las especies originales de esta planta y en cambio encontramos una grandísima cantidad de híbridos en el mercado, con flores simples o dobles, de varios colores o con colores puros, gigantescas o de tamaño mini, y la paleta y combinación de colores no cesa de crecer hasta el punto de que ya se han conseguido ejemplares de color amarillo, hasta ahora sólo el azul se les resiste. Los de las fotos pertenecen a la variedad clásica y popular llamada “Minerva”.
A veces encontramos bulbos forzados en algunas floristerías y cultivadas en recipientes de cristal con agua como en el caso de los jacintos, son una decoración muy bella pero es altamente improbable que consigamos una floración de esos ejemplares en el año siguiente.
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domingo, 16 de enero de 2011
Bergenia cordifolia, Hortensia de invierno
Esta planta vivaz es una extraordinaria planta de cobertera para alegrar el jardín en invierno, cuando muy pocas plantas tienen flores, de hecho estas imágenes están tomadas en este mes de enero, además en otoño sus hojas carnosas y grandes adquieren tonos rojizos sobre todo si el frío aprieta, cosa que no es ningún problema para esta especie de la familia de las Saxifragaceae cuyo origen es Siberia, lo que nos indica bien claramente su capacidad de resistencia a los rigores invernales más extremos. Crece bajo árboles y arbustos y se extiende rápidamente en condiciones favorables si la dejamos. Su nombre popular de Hortensia de invierno viene de una cierta semejanza entre las flores y sobre todo las hojas con los de la Hydrangea que pertenece a la misma familia botánica, pero ahí se acaban las semejanzas ya que esta es una planta todo terreno que se adapta a todo, sol, sombra, terreno ácido, calcáreo, húmedo o seco. La única precaución en climas muy calurosos es no ponerla a pleno sol y regar en verano, por lo demás habrá que dividir las plantas en otoño cuando estén demasiado apretadas lo que nos servirá para obtener nuevos ejemplares. La floración más común es en color rosado pero también hay variedades blancas, rojas , lilas y purpúreas. Hay también una variedad, B. purpurascen que tienen hojas purpúreas todo el año. Las matas son bajas y cuando florecen lo hacen sobre tallos de unos 15 cm de altura, esto las hace muy compatibles para colocarlas en primera línea de un arriate herbáceo o mixto o en un arreglo de jardinera donde quedará muy bien en compañía de bulbosa primaverales como los narcisos, jacintos , muscaris etc. también combina bien como coberteras de Rododendros de cierto tamaño, Arces japoneses e incluso rosales de tipo silvestre como los Rugosa.
Un hermoso macizo de bergenias en plena floración.
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martes, 4 de enero de 2011
Balcones floridos del Tirol, Austria
Un seguidor de este blog, me ha sugerido publicar algunas imágenes de los bellísimos balcones floridos que durante la primavera y verano podemos admirar en ese magnífico país que es Austria, especialmente en su región del Tirol, donde el cultivo de plantas floridas en los balcones de sus casas típicas le deja a uno con la boca abierta de verdadera admiración ante tanta maestría jardinera en un espacio tan reducido. Hace unos años tuve la ocasión de visitar Austria en varias ocasiones y pude ver in situ muchos balcones como estos de la pequeña localidad de Alpbach y en otras localidades del valle de Ziller (Zillertal). Estas fotografías no son sin embargo mías sino que las he encontrado en Internet y pertenecen a un enamorado de Austria que responde al pseudónimo de zillertalfan. Las publico aquí con mi agradecimiento al autor.
Me pregunto si lograremos algún día en nuestro país alcanzar una cultura jardinera que nos permita recrear tanta belleza y tanto amor por la naturaleza como nos muestran estas imágenes. Hay que decir que estos ejemplos no son casos aislados de unos pocos aficionados sino que podemos encontrarlos en una mayoría de casas campesinas. Las flores más utilizadas son los geranios de hiedra, Pelargonium peltatum y los famosos Claveles del Tirol, pero se suelen combinar con otras especies de flor o de follaje y siempre con verdadero gusto. En realidad todo el paisaje rural de Austria es de una belleza impresionante, su naturaleza está tan bien conservada y tan cuidada por sus habitantes que se puede decir que el hombre mejora el paisaje y no lo estropea como en otros sitios.
Disfrutemos de los balcones de Austria y ojala nos inspiren en nuestras casas.
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martes, 21 de diciembre de 2010
Los colores del Otoño
viernes, 26 de noviembre de 2010
Plantas anuales para dar color a una terraza o balcón en verano 3.
Seguimos con la serie sobre plantas anuales con dos especies estrechamente emparentadas y con las mismas necesidades de siembra y cultivo, las Clarkias , imágenes de arriba y junto a estas líneas y las Godetias. Estas graciosas plantas de verano proceden de las praderas del Norte de América, pero naturalmente las variedades que podemos encontrar son híbridos de jardinería. Las Clarkias, Clarkia elegans, suelen pertenecer al grupo “Bouquet Mixed” de unos 60 cm de altura y existen en colores rojos, rosa, blanco y púrpura. Sus flores dobles o semidobles parecen pequeñas malvarrosas
Las Godetias, imagen de la izquierda, es en todo semejante salvo que sus flores son más grandes abiertas en forma de embudo y con marcas más oscuras características. Algunos llaman a esta planta Azalea de verano porque sus flores se le parecen un poco. La paleta de colores es semejante a los de las Clarkias y hay variedades bajas de 22 cm y hasta 60 cm de altura.
Estas plantas es muy recomendable sembralas a principios de primavera en el sitio donde hayan de florecer, evitando trasplantes ya que sus raíces son muy finas y delicadas. Aclarar a la distancia requerida pero conservando siempre varios ejemplares ya que son más vistosas formando grupos. Florecerán durante todo el verano en macetas y jardineras con un sustrato ligero o medio, mejor algo ácido, y siempre a pleno sol. Sembradas en el jardín es conveniente estacarlas.
Los Tagetes o Claveles del moro son tan conocidos que no necesitan presentación. Los dos grupos más frecuentes son los de la variedad Tagetes erecta, también conocidos como Caléndulas africanas, son las más altas, de hasta 90 cm de altura, con grandes esferas de flor en diversos tonos de amarillo y naranja, incluso de un amarillo muy claro casi blanco. Los de la imagen pertenecen a los híbridos que se comercializan bajo la denominación Crackerjack Mixed. Esta especie segrega una sustancia a través de las raíces que destruye los nematodos y anguilulas que pueda haber en el terreno, así que a veces se utiliza como desinfectante natural sembrado junto a verduras susceptibles a estas plagas.
La segunda variedad es la de los Tagetes patula, llamadas Caléndulas francesa, son más bajas y de flores más pequeñas, pero es la más popular con numerosísimas variedades y mezcla de colores siempre dentro de la paleta de los amarillos, naranja e incluso marrones. Nunca he llegado a comprender porque se les llama tagetes africanos o franceses cuando la especie procede de México y nada tiene que ver ni con Francia ni con África.
Los Tagetes son de las anuales más sencillas de sembrar y cultivar, resisten bien el trasplante, incluso en flor, y sólo necesitan pleno sol y que se vayan quitando las cabezuelas de flores marchitas, recomendación válida para todas las plantas anuales para prolongar la floración y mejorar su aspecto. Se pueden sembrar desde el inicio de la primavera en climas suaves o bajo cristal o a mediados de la estación en climas más fríos.
Las Siemprevivas son muy utilizadas como flor desecada dado que sus flores de tacto pajizo se conservan durante mucho tiempo si cortamos los tallos y las ponemos a secar boca abajo antes de que las flores se abran del todo, al aire libre en un lugar donde no les de el sol. Pero los Helichrysum bracteatum, nombre científico de las Siemprevivas o Flores de paja, merecerían se mas utilizadas como plantas de flor ya que también duran mucho en la planta y tienen una indudable belleza, con sus colores cálidos que iluminarán cualquier balcón o jardín. Las variedades más altas quizá no sean las más adecuadas para un alfeizar de ventana pero hay variedades compactas de unos 30 cm como “Hot Bikini” con flores de color escarlata. Las siemprevivas también las encontraremos en tonos amarillos naranjas,rosa, púrpura y blanco. Se siembran en primavera y en este caso también es recomendable que se haga en el lugar donde han de florecer pues es delicada con el trasplante. Vale cualquier sustrato o suelo de jardín a pleno sol.
Para terminar por hoy vamos a tratar de una planta también muy conocida y de abundante floración en una gran variedad de colores excepto el azul y el amarillo. La ventaja de esta planta es que si todas las demás anuales necesitan bastante sol, en este caso podemos utilizarla para lugares a media sombra e incluso con sombra completa allí donde otras anuales no conseguirían sobrevivir. Se trata de la Begonia semperflorens cuya facilidad de adquisición y bajo precio hace innecesario sembrarla aunque si queremos hacerlo debemos sembrarla en primavera pero ya advierto que su reproducción por medio de semillas no es fácil y requiere tener cierta experiencia . A estas plantas les va mejor un suelo rico en humus pero a parte de eso también son muy sencillas de cultivar, con un riego adecuado y fertilizante de vez en cuando florecerán sin parar durante todo el verano y hasta que las primeras heladas empiecen a dañarlas. Además de la gracia de sus flores, las hojas también son decorativas sobre todo en las variedades que las tienen color bronce o cobrizo.
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viernes, 12 de noviembre de 2010
Plantas anuales para dar color a una terraza o balcón en verano 2. Las Trepadoras
Siguiendo con la serie sobre plantas anuales hoy toca comentar algunas trepadoras de sencillo cultivo y rápido crecimiento que por si solas o en compañía de otras plantas pueden convertir nuestro balcón, terraza o patio en algo verdaderamente espectacular por el módico precio de un sobre de semillas. Además se trata de semillas bastante grandes y por tanto fáciles de manejar y su germinación no es complicada siempre que sepamos sembrarlas adecuadamente aplicando algunos pequeños trucos par evitar fracasos en esta fase, quizá la más delicada, porque una vez germinadas las semillas y desarrolladas las plantitas, todo lo demás no tiene ninguna complicación.
Empezamos por la trepadora anual, que en mi opinión es la que tiene mayor facilidad en todas las fases de su cultivo entre todas las trepadoras anuales. Empiezo por decir que Tropaeolum majus, la conocida Capuchina cuyas imágenes abren este artículo, es un género que tiene muchos cultivares no trepadores igualmente bellos y adecuados para macetas y jardineras, así que cuando compremos las semillas no basta con que sea de capuchinas, debemos asegurarnos de que se trata de una variedad trepadora si es eso lo que queremos. Las variedades trepadoras alcanzan hasta 1,8 m de altura y se enrollarán sobre cualquier soporte o también pueden colgar o usarse como cubresuelos. Las semillas de estas plantas son gruesas y redondeadas y podemos plantarlas directamente en el lugar en donde van a florecer en primavera una vez pasado el peligro de heladas. Simplemente se hace un hoyito en el sustrato donde se introduce una o dos semillas (al brotar se elimina una de las dos), de manera que la semilla quede cubierta por una cantidad de sustrato similar a su volumen. La tierra debe estar previamente húmeda y mantenerse así hasta la germinación, que se puede acelerar poniendo las semillas a remojo en un poco de agua tibia una 24 horas antes, pero en este caso esto no es estrictamente necesario ya que en todo caso germinarán. Las capuchinas florecen mejor al sol o como mucho a media sombra y en una tierra más bien pobre que no debemos fertilizar más de un par de veces en toda la temporada, de lo contrario tendremos una gran cosecha de sus verdes hojas redondeadas pero muy pocas flores. Estas duran varios días, incluso en un jarrón, y tienen diversos tonos de amarillo, anaranjado y rojo. En verano habrá que regar las plantas con regularidad y quitar todas las flores y hojas secas para prolongar la floración. Si la mata aparece con muchas hojas secas y estropeada basta podarla y volverá a dar nuevos tallos que mejorarán su aspecto. Por cierto las semillas cuando están verdes se pueden encurtir en vinagre y sustituyen a las alcaparras, las flores y las hojas también son comestibles y se usan en ensalada. En clima templado, esta anual se comporta como vivaz y suele auto sembrarse año tras año, de manera que debemos eliminar las plantitas que no queramos. La variedad de Capuchina llamada "Marmorata", en la imagen de abajo, se cultiva sobre todo por sus hojas veteadas como si fueran de marmol.
Otras trepadoras archiconocidas son las Ipomoeas, llamadas comúnmente, Campanillas, Ipomeas o Don Diego de Día, esto último porque sus corolas se abren por la mañana temprano y se cierran al atardecer.
La Ipomoea tricolor ( sin. Ipomoea rubro-caerulea) es la más cultivada y posee híbridos muy bellos como el “Heavenly Blue” de la primera foto o el “Scarlett O’Hara” de la segunda. En la tercera imagen vemos una especie diferente de Ipomea, la I. quamoclit con flores más pequeñas de color rojo escarlata y hojas muy divididas distintas a las acorazonadas de de la I. tricolor. Las flores de estas trepadoras sólo duran un día pero se abren muy numerosas continuamente durante todo el verano hasta el otoño. Las semillas son ovaladas y bastante duras por lo que es necesario remojarlas durante 24 horas en agua templada antes de sembrarlas “in situ” a la misma profundidad que su volumen. A veces se recomienda raspar ligeramente estas semillas con papel de lija para acelerar todo el proceso. Atención estas semillas no son en absoluto comestibles ya que contienen arsénico pero no tienen ningún peligro salvo que nos comamos una buena cantidad, cosa no muy apetecible.
Esta trepadora debe tener todo bastante sol, suelo ligero pero rico y fertilizado
cada 15 días en temporada, mejor ligeramente básico, bien drenado pero no debemos dejar que se agoste por la sequía, de la que se resiente bastante. Trepa con sus tallos enrollados sobre cualquier soporte que le facilitemos. Si cortamos regularmente las cabezuelas de semillas tras la flor, prolongaremos su periodo de floración y evitaremos que se auto siembre por todo el jardín ya que esta trepadora puede ser invasiva, aunque en un balcón esto no será mayor problema.
Por último comentaré la menos conocida de esta serie de trepadoras anuales, la Cobaea scandens, llamada en español Hiedra Morada y Zapato de Obispo, mientras que a los ingleses les recuerda otras cosas como nos indican sus nombres populares en ese idioma: Cup-and-saucer (taza y platillo) y Cathedral Bells (Campanas de la Catedral). La Cobaea procede de América Central donde la flor es fecundada por los murciélagos.
La germinación de las semillas de la Cobaea, es la más azarosa de entre las trepadoras comentadas, y esto por la peculiar forma de sus semillas planas con apariencia de cortezas finas que uno tiende a sembrar por su parte plana lo que con frecuencia impide su germinación porque se pudren antes. El truco es que estas semillas hay que sembrarlas de canto o ladeadas, haciéndolo así no suele dar problemas. También la podemos multiplicar por esquejes.
Estas trepadoras pueden sobrevivir a los inviernos en zonas de clima suave, entonces con los primeros fríos, sus hojas toman un tono morado que es la que le da uno de sus nombres comunes y no sólo las flores, éstas por cierto también pueden ser verde amarillentas casi blancas, pero esta variedad se consigue con más dificultad.
Las cobaeas necesitan sol, agua abundante en verano, sustrato ligero pero rico en humos pero no muy fértil ni fertilizado ya que entonces florecerá poco. Esta trepadora florece tarde en la estación, a partir de agosto y hasta las primeras heladas.
Tras la floración, permanece el cáliz durante un tiempo, el "platillo" al que hace referencia su nombre en inglés.
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viernes, 5 de noviembre de 2010
Plantas anuales par dar color a la terraza o balcón en verano 1
Ahora que los días de otoño cada vez más cortos y la proximidad del invierno nos dan menos oportunidades para disfrutar del jardín, es el momento de pensar y planificar nuestras siembras de anuales para que el próximo verano, nuestra terraza, jardín, balcón o patio sean una autentica explosión de colores y formas como sólo nos pueden proporcionar en un tiempo record y por muy poco dinero, esencial en tiempos de crisis, unos cuantos sobres de semillas a elegir entre la gran cantidad de variedades que nos proporcionan las anuales. En esta entrada quiero sugeriros entre algunas de las especies que yo cultivo asiduamente y que siempre dan un buen resultado con relativo poco esfuerzo. Naturalmente quien no tenga espacio o tiempo y ganas de sembrar y trasplantar desde el semillero siempre puede recurrir a comprar las plantitas ya crecidas o en bandejas de alveolos que suelen ser también muy económicas. Algunas sin embargo no son fáciles de obtener por este sistema y no nos quedará más remedio que recurrir a la siembra que podemos hacer en tarrinas vacías de lácteos o en cualquier otro recipiente similar. Este es un buen sistema para sembrar las semillas más grandes como las de los girasoles y las trepadoras de las que seguramente nos bastará con sembrar un par de semillas en dos o tres recipientes.
Comenzamos con las Zinnias de las que hay un amplio despliegue de colores, tamaños y formas y que se comportan bastante bien en jardineras siempre que tengan pleno sol, suelo fértil, agua suficiente para que no pasen sed, adición de algún fertilizante para flores cada quince días y cortar las flores que se vayan secando. Estas normas sirven para prácticamente todas las plantas anuales, con escasas excepciones, así que no las repetiré. Época de siembra, mediados de primavera bajo cubierta o finales en el exterior.
Comienzan a florecer en verano y lo hacen hasta bien entrado el otoño.
Los Cosmos se distinguen por ser plantas altas y ligeras con un follaje vaporoso tipo helecho. Estos con pétalos tubulares son de la variedad Seashell, los más comunes tienen pétalos lisos y con corolas simples o dobles en una amplia gama de colores la mayoría de la especie Cosmos bipinnatus, pero hay también una clase con olor a chocolate la Cosmos atrosanguineum de un raro color marrón
purpureo y que no es anual sino vivaz.
Los Cosmos no se suelen encontrar en bandejas de alveolos, pero son fáciles de sembrar ya que sus semillas son grandes y se manejan fácilmente, además germinan pronto al igual que la mayoría de las anuales que comento aquí. Sus requerimientos de siembra y cultivo son los mismos que los de las Zinnias pero en este caso al ser bastante más altos conviene estacar las plantas para que el viento no las tumbe.
La Borraja, Borago officinalis, es una planta que podemos encontrar silvestre en nuestro país, pero por sus flores de un azul celeste muy llamativo entre tantos colores cálidos y la curiosa forma de sus flores, merece un sitio en nuestro jardín. En grupo llama poderosamente la atención y atraerá vida a nuestro jardín pues atrae a gran cantidad de insectos útiles. Además es medicinal como nos indica su “apellido” officinalis y en algunos lugares se consume como verdura, tres en una ¿qué más se puede pedir?. Una vez establecida suele auto sembrarse así que ya ella misma se encarga de la propagación para años sucesivos.
La siguiente planta es originaria de México, por eso se la llama Girasol mexicano pero su nombre científico es Tithonia rotundifolia, casi siempre se cultiva la variedad híbrida “Torch” o sea antorcha en inglés, un nombre adecuado par esta llamativa flor de tonos rojizos y anaranjados que puede formar una mata bastante alta si dispone de espacio suficiente, hasta 1,8 metros de altura por algo más de un metro de ancho. En maceta se comporta y se queda más o menos del tamaño de las Zinnias con las que combina muy bien pues tienen los mismos gustos. Las hojas de la Tithonia son más bien grandes y tomentosas. Esta tampoco se encuentra fácilmente. Podemos encontrar sobres de semillas de esta planta en los buenos distribuidores. Son plantas sencillas de sembrar por su tamaño, de rápida germinación y muy resistentes al calor y las altas temperaturas que se alcanzan en un ático soleado. Me parece muy recomendable. Seguiremos con más anuales en el próximo capitulo.
Comenzamos con las Zinnias de las que hay un amplio despliegue de colores, tamaños y formas y que se comportan bastante bien en jardineras siempre que tengan pleno sol, suelo fértil, agua suficiente para que no pasen sed, adición de algún fertilizante para flores cada quince días y cortar las flores que se vayan secando. Estas normas sirven para prácticamente todas las plantas anuales, con escasas excepciones, así que no las repetiré. Época de siembra, mediados de primavera bajo cubierta o finales en el exterior.
Comienzan a florecer en verano y lo hacen hasta bien entrado el otoño.
Los Cosmos se distinguen por ser plantas altas y ligeras con un follaje vaporoso tipo helecho. Estos con pétalos tubulares son de la variedad Seashell, los más comunes tienen pétalos lisos y con corolas simples o dobles en una amplia gama de colores la mayoría de la especie Cosmos bipinnatus, pero hay también una clase con olor a chocolate la Cosmos atrosanguineum de un raro color marrón
purpureo y que no es anual sino vivaz.
Los Cosmos no se suelen encontrar en bandejas de alveolos, pero son fáciles de sembrar ya que sus semillas son grandes y se manejan fácilmente, además germinan pronto al igual que la mayoría de las anuales que comento aquí. Sus requerimientos de siembra y cultivo son los mismos que los de las Zinnias pero en este caso al ser bastante más altos conviene estacar las plantas para que el viento no las tumbe.
La Borraja, Borago officinalis, es una planta que podemos encontrar silvestre en nuestro país, pero por sus flores de un azul celeste muy llamativo entre tantos colores cálidos y la curiosa forma de sus flores, merece un sitio en nuestro jardín. En grupo llama poderosamente la atención y atraerá vida a nuestro jardín pues atrae a gran cantidad de insectos útiles. Además es medicinal como nos indica su “apellido” officinalis y en algunos lugares se consume como verdura, tres en una ¿qué más se puede pedir?. Una vez establecida suele auto sembrarse así que ya ella misma se encarga de la propagación para años sucesivos.
La siguiente planta es originaria de México, por eso se la llama Girasol mexicano pero su nombre científico es Tithonia rotundifolia, casi siempre se cultiva la variedad híbrida “Torch” o sea antorcha en inglés, un nombre adecuado par esta llamativa flor de tonos rojizos y anaranjados que puede formar una mata bastante alta si dispone de espacio suficiente, hasta 1,8 metros de altura por algo más de un metro de ancho. En maceta se comporta y se queda más o menos del tamaño de las Zinnias con las que combina muy bien pues tienen los mismos gustos. Las hojas de la Tithonia son más bien grandes y tomentosas. Esta tampoco se encuentra fácilmente. Podemos encontrar sobres de semillas de esta planta en los buenos distribuidores. Son plantas sencillas de sembrar por su tamaño, de rápida germinación y muy resistentes al calor y las altas temperaturas que se alcanzan en un ático soleado. Me parece muy recomendable. Seguiremos con más anuales en el próximo capitulo.
domingo, 17 de octubre de 2010
Clavel del aire, Tillandsia bergeri
La entrada anterior me ha recordado que tengo pendiente escribir sobre esta curiosa planta que por la apariencia que tanto nos recuerda a los verdaderos claveles, todo el mundo conoce como Clavel del aire, aunque por supuesto no tiene absolutamente nada que ver con ellos. Se trata de una planta epífita, que vive sin sustrato alguno, y que pertenece a la amplia familia de las Bromeliaceae, subespecie Tillandsioideae,, un genero de plantas tropicales y subtropicales , que proceden del continente americano, desde el sur de los Estados Unidos hasta Argentina, habitan en prácticamente cualquier hábitat desde los desiertos a las selvas tropicales pasando por las montañas, pero también consiguen vivir en las ciudades donde colonizan no solo las ramas de los árboles sino incluso los tendidos telefónicos y cualquier lugar donde puedan arraigar, ya que al no necesitar tierra y no ser plantas parásitas, pueden vivir autónomamente sobre cualquier soporte que las sustente. La Tillandsia bergeri es originaria de Argentina, donde llega a ser una invasora considerada casi una plaga, pero en Asturias, Cantabria, País Vasco etc, es común encontrarla colgada bajo los aleros de los tejados, en balcones, hórreos etc, sin que cause ningún problema ya que aquí no se autosiembra como en su país de origen. Para obtener una de estas plantas, sólo es necesario desprender una roseta de la planta original y colgarla de un alambre o sujetarla a algún soporte, eso es todo. Con el tiempo formara una mata esférica que irá haciéndose mayor de año en año, pudiendo llegar a pesar mucho, por lo que debemos sujetarla bien o el viento y el peso la derribarán, un alambre fuerte es lo mejor. En el clima del Cantábrico estas especies viven perfectamente al aire libre y con la alta humedad atmosférica de la que gozamos aquí, no es necesario hacer nada para que crezcan y florezcan perfectamente. La única condición, si queremos que florezcan, es que tienen que estar en un lugar soleado o con sol tamizado y que reciban agua de lluvia. Las hojas poseen unas estructuras llamadas tricomas, por los que captan la humedad y los nutrientes que necesitan para vivir, estos últimos procedentes del polvo, restos de insectos y cualquier cosa que el aire lleve hasta ellas. Las flores, como se puede apreciar son azules con una mancha amarilla en el centro y surgen de brácteas rosadas en mayo.
También se pueden cultivar en interior en un lugar muy iluminado, pero en este caso será necesario rociar con agua de vez en cuando y en primavera añadir algún fertilizante foliar en una dosis más diluida de lo habitual.
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viernes, 15 de octubre de 2010
Claveles, Dianthus sp
Los claveles, otra especie clásica de los balcones españoles junto con el geranio, parecen estar pasando de moda en los últimos años en los que cada día se ven menos, yo creo que esto es consecuencia de varios motivos, no todos negativos, por ejemplo la mayor diversidad de especies que se pueden encontrar en el mercado para cultivar en nuestras jardineras hace que no tengamos que recurrir siempre a las mismas especies, pero también es verdad que el clavel, me refiero al clavel clásico, también ha sido víctima de una imagen de flor anticuada, la típica flor de floristas, para determinados usos fúnebres. Además el aspecto casi siempre desmañado de esta planta en cuanto alcanza una cierta edad unido a que en realidad no es fácil de cultivar ni de combinar con otras plantas, también ha contribuido a su decadencia. Sin embargo también han aparecido últimamente variedades de claveles que se prestan mejor para el cultivo como flor de jardín y jardinera, estos claveles son cruces de Dianthus caryophyllus (el clavel clásico) y Dianthus plumarius (clavellina de pluma) y son resultado del trabajo de los hermanos Allwood en West Sussex, Inglaterra, que han creado una gran variedad de cultivares. El follaje es de tonos grises y verdes, crece como una alfombra acolchada y sus tallos alcanzan longitudes de entre 10 y 30 cm. A su gama de colores simples y combinados añaden un inigualable aroma.
Las clavellinas clásicas son de la especie Dyanthus deltoides y también crecen en forma de tapiz acolchado y con hojas que no suelen sobrepasar los 10 cm de altura. Sus flores pueden ser sencillas o dobles.
Otras variedades de claveles muy usados en parterres y jardineras son Dianthus barbatus, el Clavel de los poetas, estas son plantas bienales que se pueden obtener de semilla y por división de las matas, se suelen comportar como vivaces de ciclo corto, y presentan formas enanas y otras de hasta 45 cm de altura, con flores bicolores, a menudo con un “ojo” central, simples pero agrupadas en corimbos, aromáticas, sirven también como flor de corte ya que duran bastante en un jarrón.
El otro gran grupo de claveles de jardinería es el de los Dianthus chinensis, los llamados Claveles chinos, con una longitud de entre 20 y 30 cm, ideales para macizos florales, arriates, jardineras y macetas. Se trata de una especie anual semirresistente, que se obtiene generalmente de semillas que se siembran en marzo (en el hemisferio norte, claro) y empiezan a florecer en junio hasta septiembre. A veces se resiembran solas y en otros casos sobreviven al invierno y vuelven a recuperarse en primavera.
Hay otras especies de pequeños claveles silvestres que se usan en rocallas como D. arenarius, D. armeria, D. alpinus etc .
En cuanto a cultivo todas las especies prefieren la plena luz solar, suelo con abundancia de materia orgánica pero suelto y no arcilloso, el drenaje tanto en el jardín como en maceta debe ser perfecto sin retención de agua, de naturaleza neutra o ligeramente alcalina. En un suelo fértil basta con abonar dos veces por año en primavera y mediados del verano. En las variedades altas conviene cortar todos los tallos que hayan florecido, los secos enfermos y estropeados, hasta cerca de la base. En las más pequeñas se cortan con unas tijeras todos los tallos floridos ,una vez secas las flores, para mantener las matas limpias y estéticas.
Las orugas tortrix y la roya del clavel son las plagas más peligrosas, esta última puede destruir por completo una plantación de clavel pero ataca sobre todo a las variedades grandes de Dyanthus Caryophyllus. Hay que cortar lo enfermo y aplicar un fungicida pero a lo largo las matas más viejas acabarán muy afectadas. Es mejor sacar esquejes jóvenes y sanos, que se pueden obtener casi en cualquier época, para tener siempre plantas nuevas y más resistentes.
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