jueves, 25 de febrero de 2010
Rosal de Austin “Graham Thomas climber”
Este es uno de los más famosos rosales ingleses de la casa Austin y sin duda uno de los que más éxito popular ha tenido en todo el mundo desde su aparición en 1983. Apareció primero como rosal arbustivo, muy vigoroso, con un tamaño de unos 180 cm, luego salió al mercado la forma trepadora.
Yo también he caído en sus redes y hace años que lo tengo en su variedad de rosal trepador, como tal parece que alcanza un tamaño medio de unos tres metros de altura, pero en mi terraza lo he guiado más bien para que se enredase horizontalmente por la valla de cierre, me temo que esto contradice la tendencia natural de este rosal que es de crecimiento bastante vertical, aunque ramifica bien nunca llega a formar un seto denso y tupido por lo que yo lo acompaño con la madreselva “Gold Flame” de la que ya escribí en mi anterior artículo. Sus flores también tienen un tamaño mediano con forma de taza bastante llena pero que completamente abierta deja ver el dorado de los estambres en su centro, el color de la flor es un brillante amarillo puro como se aprecia en las fotografías, poseen además una fragancia de rosa de té, dulce y fresco. El periodo de floración es muy largo, desde principios de primavera hasta bien entrado el otoño, incluso a veces tiene algunas flores en diciembre, pero desde luego alcanza su mejor momento en mayo-junio y otra vez a mediados de septiembre. En caso de lluvia, deshojan muy bien y limpiamente. El follaje es verde amarillento cuando tierno y luego se vuelve de un verde grisáceo más apagado, característico de los rosales almizcleños (English Musk) grupo al que pertenece Graham Thomas.
El cultivo es como el de todos los rosales arbustivos modernos, crecen en suelo bien drenado pero húmedo mejor si es de naturaleza arcillosa y rico en materia orgánica. Emplazamiento abierto y soleado. Poda, en el caso de los arbustivos, según el clima en enero-febrero o marzo en zonas muy frías, procurando hacerlo siempre antes del crecimiento de los nuevos brotes. La poda de los trepadoras es mejor hacerla a finales de otoño del año previo a la floración, en este caso conviene dejar ramas cortadas a diversas alturas para procurar una floración escalonada y no sólo en los tallos más altos. Con este tipo de rosales es más fácil equivocarse por podar demasiado que por lo contrario, así que en caso de duda es mejor quedarse corto, de hecho en los primeros años la poda ha de ser muy escasa o estropearemos su forma.
En contenedores y grandes macetas hay que vigilar estrechamente la aparición de oídio y efectuar tratamientos preventivos, la cochinilla del rosal o caspilla (Aulacapsis rosae) y la cochinilla acanalada son las plagas más frecuentes, a parte los sempiternos pulgones de todas las primaveras. Además de los productos específicos, estos insectos pueden eliminarse con un cepillado de tallos con cepillo (de dientes) impregnado en alcohol. En general Grahan Thomas es bastante sano pero más en el jardín que en maceta, lo que sucede con casi todos los rosales.
Durante toda la temporada hay que aplicar un fertilizante específico para rosales según las indicaciones del fabricante. En contenedor agradecen la aplicación complementaria de abono foliar.
Ahora que todavía estamos a tiempo de plantar rosales, el Graham Thomas, ya sea en variedad arbustiva o trepadora, sigue siendo una buena elección. Para cubrir arcos pequeños de jardín y obeliscos o cuando necesitamos un trepador amarillo de poco crecimiento es de los mejores.
miércoles, 17 de febrero de 2010
La Madreselva, Lonicera s.p.
Tengo que confesar que las madreselvas son algunas de mis trepadoras favoritas, lo son desde mi infancia a la que están asociadas por muchos motivos. Las había entonces en abundancia en los setos y lindes de los campos y caminos por donde yo me movía, las había también cultivadas en algunas fincas vecinas que yo visitaba, formando grandes veladores cubiertos completamente con esta planta como montículos verdes, que en las noches de verano exhalaban un aroma embriagador e inconfundible a una gran distancia. Los niños de entonces las llamábamos “chupetines” y teníamos la costumbre de sorber el tubo que une el cáliz de la flor con su pedúnculo porque tenía un sabor dulce como de miel. Las madreselvas silvestres de mi época pertenecían todas a la especie Lonicera periclymenum, la Madreselva de los bosques o Chupamiel. Esta hermosa trepadora que alcanza más de 5 metros de largo y forma verdaderas marañas de ramitas entrelazadas, florece de julio a noviembre en Asturias y después de las flores forma una baya de color rojizo que gusta a muchas aves silvestres, las principales difusoras de sus semillas. Las flores y su nectar atraen a numerosos insectos diurnos y nocturnos.
Después de lo escrito a nadie extrañará que recomiende vivamente el cultivo de esta trepadora. Ahora es tiempo de plantación de toda clase de arbustos y si están pensando en una trepadora “todo terreno” que resista sin inmutarse el frío más intenso y la mayoría de las condiciones climáticas sin exigir tampoco muchos cuidados, la madreselva es la trepadora ideal. Quien haya paseado por los senderos de Cabo de Peñas en Asturias podrá ver creciendo entre los tojos y brezales pequeñas matas achaparradas de madreselva, se trata de la Lonicera periclymenum de nuestros bosques que en Peñas se ha enanizado para resistir los fuertes vientos cargados de sal y la pobreza del terreno, esto nos da una idea de la resistencia y adaptabilidad de esta especie, capaz de crecer donde muy pocas plantas pueden hacerlo. La madreselva de los bosques puede ser quizá demasiado grande par un balcón pequeño, pero afortunadamente hay otras muchas especies que tienen un desarrollo menor y más controlable. La de la imagen que abre este artículo es una de ellas, se trata de la Lonicera x heckrotti, un híbrido menos vigoroso de tendencia casi arbustiva más que trepadora y que alcanza como máximo 3 metro y se puede mantener más pequeña con podas.
Las flores, como se aprecia en la imagen que es la de la variedad Gold Flame, son amarillas en el interior y rosas en el exterior, tienen una fragancia marcada aunque no demasiado penetrante. Florece a partir de comienzos del verano. Mi experiencia personal con esta trepadora que hace muchos años que cultivo en una maceta de unos 40 cm de diámetro, no puede ser más satisfactoria.
Como yo tengo bastante espacio también cultivo otras dos variedades de madreselva, la Lonicera japonica “Halliana” que vemos en la imagen a continuación, con flores fragantes de color crema pálido que se hacen amarillo intenso cuando maduran.
Crece muy rápido, en dos años alcanza dos o tres metros y luego puede sobrepasar los 6 si no se controla, es muy adecuada para cubrir rápidamente una valla u ocultar alguna vista o un objeto no deseado. Pueden cubrir incluso grandes árboles secos. Es muy rústica y tolera bastante bien la sombra aunque florecerá algo menos que a pleno sol. Sin embargo en lugares muy calurosos la media sombra o la sombra son lo más adecuado para esta trepadora de los bosques.
Mi última adquisición es la Lonicera periclymenum de la variedad “Serotina” que produce flores de color rojo púrpura con el interior amarillo desde mediados del verano hasta el otoño.
De esta manera puedo tener madreselvas floreciendo casi desde el final del invierno hasta bien entrado el otoño.
Estas dos últimas madreselvas por se de gran desarrollo, las utilizo par cubrir un arco de tres metros de altura junto con rosas trepadoras de las variedades Albéric Barbier y Veilchenblau. Todas las madreselvas combinan muy bien con las rosas, especialmente con las que tienen un aspecto rústico y las antiguas.
En cuanto al cultivo no presenta ningún problema, ni siquiera en maceta ya que son plantas sufridas y resistentes, riego en verano y un abonado similar a la de otros arbustos de terraza son suficientes para mantenerlas saludables. Las plagas no suelen afectarles demasiado, algunas orugas del género Tortrix enrollan sus hojas en verano, si proliferan mucho una aplicación de insecticida ecológico a base de la bacteria Bacillus thuringiensis, solucionará el problema. Los pulgones también pueden atacar las yemas más jóvenes a principios de verano y normalmente eso es todo.
La madreselva puede dejarse crecer libremente sin podas, pero cuando el espacio es reducido es mejor podarla cada año al principio de la primavera, quitando todo lo que se haya secado en invierno y el crecimiento desordenado o que no nos interese, cortando siempre al bies por encima de las nuevas yemas que ya estarán brotando, como se hace con los rosales. Las madreselvas son trepadoras de hoja caduca pero según el clima y la especie algunas conservan la mayoría de sus hojas en invierno, caso de la L. japonica
Hay otras muchas variedades de madreselva, de distintos tamaños de crecimiento y algunas más adecuadas a las zonas costeras o al clima mediterráneo como la Lonicera etrusca, por ejemplo. En los buenos viveros podemos encontrar otras muchas especies y variedades adecuadas a nuestras necesidades..
Espero haber suscitado el mayor interés por estas trepadoras tan versátiles y entrañables.
Las bayas rojas de la Lonicera "Serotina" también son muy decorativos.
lunes, 15 de febrero de 2010
El Limonero y los cítricos
El limonero fue introducido en Europa procedente del oriente después del siglo X. Pertenece a la familia de la Rutáceas y concretamente al género Citrus que posee una amplia variedad de especies, algunas muy conocidas como el propio limonero, el naranjo, el pomelo, el mandarino etc. Casi todas ellas muy elegantes y decorativas. El limonero, además de suministrar excelentes frutos, puede desempeñar una función ornamental en el ámbito del jardín o de la terraza, ya que puede cultivarse perfectamente en grande recipientes llamados precisamente "de limonero” o "conchas”. Esta técnica nos permite además retirarlos durante los inviernos a lugares resguardados o invernaderos fríos aunque, esto sólo sea necesario en lugares con inviernos duros, ya que en clima suave pueden pasar perfectamente el invierno al aire libre. De hecho el limonero es un árbol bastante resistente, aunque a los ejemplares más jóvenes no les conviene una temperatura inferior a 5 °C los ejemplares adultos aguantan temperaturas bajo cero siempre que estos periodos no sea muy prolongados.
En las imágenes vemos un pequeño limón recién formado y otro con aproximadamente un par de meses de edad. Ambos son consecuencia de la floración de este verano.
lunes, 11 de enero de 2010
Pieris japonica, Andrómeda
Como su nombre indica, este arbusto procede del Japón donde crece en las colinas sobre suelos de composición ácida y en situación resguardada de los vientos fuertes forma un gran arbusto de más de tres metros de altura que ha de ser una visión espectacular cuando forma sus nuevas hojas de un rojo intenso y se adorna con sus racimos de flores en forma de farolillo chino muy semejantes a las del Lirio del valle o muguete aunque desgraciadamente sin olor. En nuestro país no será fácil encontrar ejemplares tan altos, mucho menos cuando se cultiva en recipiente y se trata de variedades de híbridos de menor crecimiento que la especie original. Lo más llamativo del Pieris como que da dicho es el follaje nuevo que adquiere en primavera un color rojo escarlata brillante pero también sus inflorescencias que son decorativas incluso antes de que las flores se abran como se puede comprobar en las imágenes que acompañan este texto. La mayoría de las especies dan flores de color blanco marfil aunque también existe una variedad de flores de color rosado, la “Valley Valentine” que nunca he conseguido localizar en viveros españoles. Aquí se cultiva sobre todo Pieris japonica “Forest Flame” de hasta dos metros de altura y magnífica brotación de hojas nuevas rojas que le hacen merecedora del nombre en ingles de “llamas del bosque”, del rojo pasan al rosado y finalmente se vuelven verdes.
Las flores tienen forma de farolillos y aparecen a mediados de primavera.
Las hojas nuevas del Pieris, nacen de un rojo brillante y aparecen desde el mes de marzo.
domingo, 29 de noviembre de 2009
Rosal “Rosy Cushion”
martes, 17 de noviembre de 2009
Rosal Louise Odier, una rosa antigua
Este rosal fue introducido en nuestros jardines allá por el año 1851, se trata de un rosal de los llamados de Borbón, creación del experto jardinero francés y cultivador de rosas Jacques Julien Margottin, que creó un total de 76 nuevas variedades de rosales entre 1845 y 1877. De todas ellas “Louise Odier” es una de las que mejor ha sobrevivido al paso del tiempo, y no es de extrañar es un rosal bastante sano, que puede alcanzar el metro ochenta de altura sin ser un trepador, por lo que a veces se le ha cultivado como rosal pilar. Florece de forma ininterrumpida durante todo el verano, con flores en racimo, muy apretadas, cuarteadas y con una intensa fragancia a caramelos ácidos cuando se abren y luego evolucionan a la maravillosa fragancia de las rosas antiguas.
El follaje es verde suave y sus ramas son abiertas y algo colgantes. A mi este rosal, con su característico aspecto de antaño, me parece muy adecuado para ser cultivado junto a otras plantas que son típicas del “cottage” inglés, con diseño informal y plantas sencillas de las de toda la vida, o lo que los franceses denominan “jardin de curé”, jardín de párroco.
Plantado en plena tierra también podría ser un buen rosal para setos y borde mixto, combinado con otros arbusto y plantas vivaces .
En maceta se comporta bastante bien y florece repetidamente pero su desarrollo queda limitado por el tamaño del recipiente.
jueves, 12 de noviembre de 2009
La Jara blanca o Cistus albidus
Es un pequeño arbusto de hasta un metro de altura, bastante común en toda la zona mediterránea de España y del resto de Europa, sobre terrenos calizos preferentemente, en Asturias yo diría que es muy rara y sólo se encuentra donde las condiciones climáticas y del terreno le son favorables. Hace unos años recolecté algunas cápsulas con semillas en el Jardín Botánico Atlántico y las sembré. Al cabo de dos años empezaron a florecer, con estas flores malvas pentapétalas de aspecto delicado como de papel de muselina y en el centro destacando, sus estambres dorados.
El nombre común de Jara blanca y el latino de C. albidus nos inducen a confusión ya que nos hace pensar en un arbusto de flores blancas, pero sucede que los nombres hacen referencia a las hojas y no a las flores. En efecto las hojas están recubiertas como de un tomento blanquecino que se acentúa en climas cálidos y posición soleada, además están cubiertas de una sustancia pegajosa, el ládano, una resina que antiguamente se usaba por sus propiedades medicinales.
Las jaras son arbustos muy resistentes a la sequía como buenas especies autóctonas del Mediterráneo, y deberían ser más utilizadas en nuestros jardines ya que se adaptan perfectamente a nuestras condiciones estivales y piden muy pocos cuidados a cambio de sus bonitas flores de las que las hay de varios colores del blanco puro o con manchas marrones al rosa y el malva; y florecen durante una larga temporada durante el verano.
En el norte donde el clima es lluvioso es esencial asegurarnos de que el terreno drene perfectamente y no se encharque, ya que la pudrición de las raíces es el mayor enemigo, y por supuesto necesitan mucho sol. En plena tierra estas condiciones las podemos propiciar cultivándolas sobre montículos o en terrenos inclinados donde el agua escurra fácilmente. En jardineras debemos mezclar el sustrato con piedrecitas, mejor si son calizas y procurar que los agujeros de desagüe no se obstruyan.
A mi me gustan mucho estas pequeñas joyas de nuestra naturaleza y creo que son perfectas para colocarlas en jardineras sobre los alfeizares de las ventanas más soleadas de la casa.
lunes, 9 de noviembre de 2009
Cassia floribunda, Senna corymbosa
Este arbusto o pequeño árbol es también llamada Senna floribunda y pertenece a una amplia familia de árboles, arbustos y plantas herbáceas de hojas paripinnadas de la familia de las leguminosas. Todas tienen origen en zonas tropicales y subtropicales del planeta, principalmente de Asia y América. Algún miembro de este género se utiliza con profusión en tisanas adelgazantes y medicamentos debido a su potente efecto laxante, son las conocidas hojas de Sen.
El arbolito de la foto tiene apenas un año, fue adquirido en unos conocidos grandes almacenes en la típica caja de cartón, lo compre un poco por curiosidad y la verdad es que me siento satisfecho de como se ha desarrollado. Ha aguantado el invierno al exterior con una protección mínima, a alcanzado cerca de metro y medio en un tiempo récor y ha florecido espectacularmente a finales del verano y principios de otoño, todo ello en una maceta de plástico de apenas 25 cm de diámetro, ¿qué más se puede pedir?
Estos arboles pueden alcanzar los 2 metros más o menos en una maceta de unos 20 litros y resisten hasta cierto punto la sequía, aunque en una pequeña maceta como la que tiene este ejemplar obliga a regara a diario en pleno verano, asegurándose siempre de que tenga un drenaje perfecto ya que el encharcamiento podría matarlo. También agradecen el suministro de un fertilizante como el que se aplica a los rosales, de este modo florecerán mucho más. Necesita un lugar soleado y resguardado de los vientos fuertes.
La mayoría de las especies de este genero tienen flores amarillas pero también las hay con flores color rosa. Las flores en racimos duran un mes en las ramas y a continuación, donde el clima lo permita, se trasformarán en típicas vainas colgantes que caracterizan a las leguminosas. Sus hojas muy decorativas se pliegan todos los días al atardecer . La especie es de hoja caduca en nuestras latitudes, en esas condiciones se puede trasladar a un lugar fresco y protegido durante el invierno, donde no necesitará mucha luz ni agua hasta que vuelva a rebrotar en primavera.
En lugares de clima suave será un buen árbol de jardín que se puede combinar con otros tropicales como el jacarandá de flores azules, pero en el norte podemos conseguir el mismo efecto cultivándolo junto a Solanum rantonetti.
domingo, 11 de octubre de 2009
Las Dalias
Las Dalias, (Dahlia hibrida) son plantas tuberosas muy conocidas y populares que se cultivan por todas partes y, por supuesto también son magníficas plantas para macetas y jardineras que tienen su sitio en cualquier terraza o patio soleado. Los ejemplares “mini” de los que cada año salen nuevas variedades, son perfectas para tener en jardineras en el alfeizar de la ventana donde compiten con las Begonias tuberosas en el despliegue de color en verano y otoño.
Las dalias tienen profusión de formas, colores y tamaños, tanto de las flores como de la propia planta, con decir que existen más de 20.000 variedades híbridas en el mercado, que ya serán muchas más cuando se escribe esto, y que su diversidad de formas es también notable: anémona, decorativa, cactus o semicactus, pompón, orladas y laciniadas, peonía, cuello de encaje, simples o dobles, con una amplia variedad de colores y combinaciones, de los que sólo el azul y el negro no se han logrado todavía.
Hay dalias de 20 cm de altura y dalias de cuatro metros de altura y más, como es el caso de la Dahlia imperialis, Dalia arbórea, nativa de México, como toda la especie, que seguramente se pueda
cultivar mejor en plena tierra que en una maceta, aunque si hubiera podido conseguirla yo lo habría intentado.
El cultivo de las Dalias no tiene complicaciones, sol agua y un buen fertilizante para plantas con flores es cuanto necesitan. En cuanto a enfermedades o plagas, el pulgón es su principal amenaza pero se puede eliminar fácilmente, en lugares cálidos y húmedos el oídio o mal blanco, puede ser un problema al final de la temporada. Si el clima no tiene fríos extremos, ni siquiera será preciso sacar los tubérculos, al final del otoño para replantarlos en primavera, pero si uno tiene tiempo es mejor hacerlo, tanto para dividirlos como para limpiarlos de los trozos dañados o podridos que pueden comprometer la vida de la planta. Las Dalias pueden reproducirse por tubérculos, pero también por esquejes que enraízan con facilidad, y en las variedades sencillas también por semillas.
Las Dalias florecen durante el verano, pero es ahora en el otoño cuando despliegan sus últimas floraciones, hasta que la llegada de los primeros fríos otoñales maten su parte aérea.
Son plantas que combinan muy bien con una gran cantidad de otras especies, sus tubérculos se obtienen sin dificultad y a precio económico, así que son plantas muy recomendables para quien empiece en la jardinería y quiera un despliegue rápido de color sin necesidad de grandes esfuerzos.
lunes, 5 de octubre de 2009
Nardos, Polianthes tuberosa “La Perla”
El nardo, Polianthes tuberosa, es una planta rizomatosa cuyos rizomas se parecen a los bulbos, su origen es mexicano y se ha cultivado sobre todo por su maravilloso y penetrante aroma que se hace notar a distancia, especialmente en las cálidas noches del verano. Sin embargo su cultivo ha sido más popular en tiempos pasados de lo que lo es ahora. De hecho tanto su olor como su apariencia rememoran inmediatamente aquellos tiempos del cuplé en los que la florista viene y va con los nardos apoyaos en la cadera. Fuera de bromas, lo cierto es que el aroma del nardo nos recuerda aquellos perfumes de nuestras abuelas, también es la típica flor de ramo de novia, pero demodé o no, hay que reconocer que se trata de una flor preciosa, de un blanco puro y tacto como si estuvieran hechas de cera, semidobles en la variedad “La Perla”, además duran bastante, tanto en la planta como en un jarrón, así que deberían volver a ser más cultivadas de lo que lo son. Por supuesto se pueden cultivar perfectamente en maceta, pero quien quiera usarlas en un arriate puede plantar sus rizomas entre otras plantas vivaces o anuales, ya que sus tallos destacarán notablemente sobre ellas. También combinan muy bien con las rosas.
Desgraciadamente es una planta delicada que fuera de los climas cálidos, deberá extraerse del suelo en el otoño para volver a plantarla a principios del verano. Atención, una peculiaridad de esta planta es que cada rizoma florece una sola vez, por lo que deberá desecharse y sólo replantaremos los nuevos rizomas que se habrán formado a su alrededor. Con frecuencia eso significa que tardarán dos temporadas en florecer hasta que tengan el tamaño adecuado, así que mientras no tengamos una buena provisión de rizomas en edad de florecer, tendremos que adquirir rizomas nuevos los primeros años. En cuanto al cultivo, no hay exigencias especiales, una buena tierra, fertilizante cada 15 días, que no pase sed y una exposición soleada, es todo lo que necesita. Para quien tenga jardín, decir que a los caracoles y limacos también les encanta esta planta, si no se la protege cuando brota nos quedaremos sin floración.
lunes, 31 de agosto de 2009
Trepadoras para balcones: Ipomea y Cobaea
Al precio de un sobre de semillas podemos tener un magnífico despliegue floral en nuestro balcón, o terraza, sembrando en primavera algunas trepadoras anuales como las Campanillas de las fotos (Ipomoea tricolor) que en este caso son de las variedades Scarlett O’Hara (roja) y Heavenly Blue (azul).
Las semillas deben ponerse a remojo 24 horas antes de la siembra para facilitar la germinación, las semillas se entierran de dos en dos de manera que queden cubiertas y el sustrato se mantiene húmedo hasta su germinación, mejor sembrar a partir de finales de abril en climas fríos.
La otra trepadora es la Cobea (Cobaea scandens) también llamada Hiedra morada y Manto de Jesús. Sus semillas son planas con tacto como de papel y deben sembrarse verticales o de canto, en un sustrato húmedo y a ser posible en propagador o bajo plástico, su tendencia natural es florecer a finales del verano y lo hace hasta las primeras heladas. En lugares de clima mediterráneo puede comportarse como planta perenne y florecerá durante varios años. También puede multiplicarse por esqueje. Nada más fácil de cultivar que estas dos trepadoras que llenarán nuestro balcón de frescor y colorido en un tiempo record a cambio de muy poca inversión y unos cuidados mínimos.
Tigridia pavonia
viernes, 31 de julio de 2009
Hydrangea paniculata, una hortensia para el pleno sol.
Este arbusto es uno de mis favoritos, florece durante todo el verano y al contrario que otras especies de hortensias bastante problemáticas con la exposición al sol del medio día en verano, H. paniculata puede plantarse en una maceta al sol en una terraza orientada al oeste, sin que sufra por esa exposición, eso sí, hay que regarla todos los días para mantenerla bien hidratada.
Las flores estériles más grandes se combinan con otras fértiles más pequeñas que gustan a las abejas y mariposas.
Cuando nacen las panículas o inflorescencias nuevas, tienen un tono amarillo limón, sobre todo en la variedad “Limelight” que es la de la foto, pero con el tiempo se van blanqueando. Otra especie de hortensia con características similares, pero con inflorescencias globulares, es la Hydrangea arborescens, cuya mejor variedad es la “Annabelle”.
Etas plantas y sus flores combinan de maravilla con plantas vivaces a las que pueden servir de fondo. Yo las he puesto con plantas de Salvia farinacea cuyos tonos azules resaltan sobre el blanco del fondo.
lunes, 13 de julio de 2009
Un pequeño estanque en la terraza o el patio
Con frecuencia se leen consultas en foros de jardinería sobre la posibilidad de tener un estanque en un espacio reducido, pues bien la respuesta es rotundamente sí. Claro que hay que considerar previamente varias importantes cuestiones, la primera es si la estructura del edificio, la terraza o balcón amplio, resistirán el peso. Cuando el estanque es muy pequeño no tiene por qué haber problemas ya que se supone que las estructuras están pensadas para resistir pesos muy superiores, pero cuando tenemos un proyecto muy ambicioso con estanques de centenares de litros de capacidad, será necesario buscar el asesoramiento profesional de un arquitecto técnico. En los patios no existe ese problema. La segunda cuestión es si estamos dispuestos a realizar el pequeño esfuerzo económico que supone instalar una bomba y un filtro que deben funcionar permanentemente para mantener el equilibrio biológico de un espacio tan reducido, donde cualquier error en ese tema puede desencadenar una catástrofe en forma de agua putrefacta e invadida de algas y peces muertos.
Los más manitas pueden realizar por si mismos un filtro para adosar a una bomba sencilla pero de calidad, de las que se usan para estanque de menos de 150 litros, yo que soy bastante torpe he conseguido hacerlo siguiendo las instrucciones de esta página web: http://www.elestanque.com/filtracion/juan_garcia.html
Una vez solucionados los problemas técnicos de la instalación, si estamos seguros de que todo funciona bien podemos pasar a las siguientes fases. Es muy importante verificar la seguridad de la instalación eléctrica ya que la electricidad y el agua no son buenas compañeras, si usamos una bomba de agua para jardín y procuramos que el recorrido del cable de alimentación y la toma eléctrica estén bien aisladas de la humedad no tenemos por qué tener ningún problema. En mi caso bomba y filtro están sumergidos en el propio estanque. Si se quiere, aunque no es realmente necesario si tenemos un desagüe cerca, podemos ponerle un rebosadero, si no, simplemente el estanque rebosara el agua por el borde en caso de fuertes lluvias. Mucho más importante es que vigilemos el nivel del agua que con fuerte calor puede evaporarse rápidamente. Con una manguera o una extensión de microtubo exclusivo para el estanque podemos facilitar la tarea de rellenar el agua perdida simplemente abriendo la llave de paso. El agua del grifo suele ser lo bastante buena en la mayoría de los casos y siempre se puede utilizar algún producto acondicionador que no resulta muy costoso.
Antes de pensar en meter peces, debemos realizar la plantación de las plantas acuáticas tanto las que tienen como fin principal la decoración como las que irán sumergidas y cuya importantísima misión es producir oxígeno en el agua y mantener a
raya a las temidas algas. Unas y otras consumiendo los nutrientes evitarán que proliferen las algas, pero atención que las paredes del estanque tengan algunas algas verdes es completamente natural, esto es un estanque no un acuario y en la naturaleza también pasa, es el agua la que debe mantenerse clara.
Yo utilizo Elodea y Ceratophyllum demersum como sumergidas, y conviene recortarlas de vez en cuando si se observa que crecen demasiado, no sólo porque no dejarían espacio a los peces, es que producen anhídrido carbónico durante la noche y un exceso también podría matarlos.
Los peces deben ser resistentes, así que nada de peces costosos y delicados, el carpín dorado va muy bien y no permitirá que se reproduzca ni un sólo mosquito en nuestro estanque.
Dentro de lo que cabe siempre procuro que el mini estanque tenga un aspecto lo más natural posible, para ello utilizo arena de acuario en el fondo y diversas piedras no calizas para adornar y formar una pequeña cascada que contribuye a oxigenar y enfriar el agua todo el tiempo, muy importante en verano. Sobre las piedras con el tiempo se forman almohadillas de musgo.
Con unas dimensiones tan escasas hay que tener mucho cuidado de no poner plantas de mucho desarrollo, al menos un tercio de la superficie del agua debe permanecer sin vegetación, para que la luz llegue al fondo. Lo mejor es poner nenúfares enanos ( Nymphaea x pygmaea) si puedes conseguirlos, yo no lo he logrado, también vale el Mordisco de rana (Hydrocharis morsus-ranae), el Junco Florido (Butumus umbellatus) y el Trébol de agua (Menyanthes trifoliata). Se puede poner también una pequeña plantita que flota libremente, el Musgo acuático (Azolla caroliliana), pero será necesario controlar su proliferación. Las plantas se colocan en recipientes con tierra arcillosa cubierta con arena de acuario.
Por cierto, conviene situar el estanque en un lugar donde reciba algunas horas de sol pero no a pleno sol, necesita algo de sombra que le puede proporcionar un arbolito.
Las demás especies acuáticas de gran desarrollo, como el Lirio amarillo, (Iris pseudacorus), Llantén acuático, (Alisma plantago-aquatica), Jacinto de agua (Pontederia cordata), la Espadaña, (Tipha latifolia), juncos, ranúnculos y otras de gran tamaño pueden simplemente colocarse en otro recipiente estanco a parte colocado detrás del estanque y disimulado entre la vegetación
Las Plantas para los márgenes se colocan simplemente en recipientes con tierra muy húmeda.
Lytrum salicaria es una planta frecuente en los terrenos encharcados de nuestro país combina de maravilla con otra espontánea común, la Reina de los prados (Filipendula ulmaria) que tiene un buen olor. Los Astilbes se pueden poner a la sombra, los hay en diversos colores, así como las Hostas con vegetación muy decorativa, la Houttuynia tiene follaje tricolor y flores blancas en verano, los helechos agradecen la proximidad del agua que les proporciona humedad, yo he puesto Helecho real (Osmunda regalis). También se pueden colocar bulbosas como Crocosmia crocosmiiflora, Iris Laevigata y Calas.
En definitiva un estanque nos proporcionará un trozito de naturaleza en plena urbe, atraerá a la fauna, refrescará el ambiente y nos deleitará con el rumor del agua durante nuestra estancia en la terraza o el patio.