Los tulipanes son un clásico entre las bulbosas de jardín y sin duda la que tiene una historia más interesante que se remonta al siglo XVI cuando se inicia su cultivo en Europa, inicialmente en Holanda, donde se desató una verdadera fiebre del tulipán. Los primeros bulbos llegaron de Turquía y pronto su posesión se convirtió en un símbolo de status social y distinción. Un solo bulbo de las variedades más apreciadas podía alcanzar un precio exorbitante y claramente desproporcionado, hasta el punto de que se podía entregar toda una casa junto a los canales de Ámsterdam para poseerlo, no es de extrañar que muchos invirtieran toda su fortuna en tulipanes de la misma forma que hoy hay quien lo hace en obras de arte, diamantes, oro u otros objetos preciosos. Cuando el furor por los tulipanes se calmó y su valor se desplomo, muchos perdieron toda su fortuna. Lo cierto es que hasta hoy la producción de bulbos de esta hermosa planta sigue siendo uno de los principales renglones de la economía holandesa.
A pesar de su aristocrático pasado los tulipanes están actualmente al alcance de cualquier economía, cada año se producen y venden millones de bulbos de tulipanes de innumerables variedades, formas y colores, hasta el punto de que ya hay registrados oficialmente más de 5.500 híbridos y no dejan de aparecer más cada año. Desde hace años se busca con insistencia la creación de un tulipán negro.
Los híbridos de tulipán se agrupan en función de sus formas y tamaños en 14 grupos. Los de las imágenes son del tipo Triunf, con forma de copa, y florecen a mediados de primavera.
Los tulipanes son relativamente fáciles de cultivar, todos necesitan un suelo fértil y bien drenado, son bulbosas que se adaptan muy bien a la plantación en macetas y jardineras y dado que la mayoría de las variedades e híbridos deben extraerse del suelo una vez que sus hojas se hayan secado, esta forma de cultivo resulta muy conveniente. La excepción son las especies botánicas que se pueden dejar in situ varios años, en este caso es mejor combinarlas con otras plantas anuales o vivaces. Los bulbos se deben enterrar unos 10 cm en el caso de los híbridos y sólo 5 en los botánicos ( la norma general es enterrar dos veces la altura del bulbo), cuyo bulbo es más pequeño. Se pueden combinar en una jardinera distintas variedades de tulipanes en función de su temporada de floración de forma que podamos extender el periodo de interés durante toda la primavera. Se utilizará un sistema "sándwich", es decir plantación por capas, los bulbos de floración temprana se colocarán arriba y los de floración más tardía abajo. Los bulbos no deben tocarse entre sí ni tocar las paredes de la maceta. Por supuesto esta combinación puede realizarse con una gran variedad de otras bulbosas. El sol o la media sombra son indispensables para una buena floración y la aplicación de un fertilizante hasta que las hojas comienzen a ponerse amarillas, garantizarán una buena floración el año siguiente.