La Lantana camara es un arbusto muy popular y fácil de cultivar, si se le deja a su aire forma un gran arbusto, un verdadero matorral que se puede utilizar como seto defensivo debido a sus tallos cubiertos de pequeñas espinas y aguijones más grande. El nombre común más extendido de la Lantana es el de “Bandera Española” ya que la variedad más frecuente es la que tiene los colores de nuestra bandera ya que las flores se abren desde el centro en color amarillo cobrizo y se van volviendo de color rojo en el círculo exterior. También hay variedades completamente amarillas o blancas y una cada vez mayor oferta de híbridos en diversos tonos de colores, por ejemplo la que encabeza esta entrada cuyas flores salen amarillas y se tornan de color rosa cuando maduran y que es la variedad “Feston Rose”.
Pero la la Lantana es también una buena planta de maceta que se puede mantener compacta a base de podas y que puede sustituir a los geranios en aquellos lugares en los que la mariposa del geranio hace estragos. Su forma de cultivo es muy similar, las lantanas necesitan mucho sol para florecer bien y aparte de eso que no pasen sed en época de calor y que reciban algún fertilizante para plantas de flor en primavera, verano y hasta mediados de otoño, y precisamente el abono propiamente para geranios les viene muy bien a las lantanas.
Pero las lantanas pertenecen a la familia de las Verbenáceas y proceden de las zonas tropicales de centro y del sur de América aunque por su capacidad de adaptación a otros ambientes se ha naturalizado fuera de sus áreas de procedencia convirtiéndose en una verdadera plaga. Sus frutos primero verdes y luego azul oscuro, que las aves comen y contribuyen a dispersar sus semillas. Atención los frutos de Lantana son tóxicos para el hombre.
La Lantana resiste bastante bien la sequía cuando está plantada en plena tierra pero en maceta sufre bastante cuando no se la riega lo suficiente y como se debe situar en posición muy soleada y por tanto calurosa, en verano hay que regarla con frecuencia, incluso diariamente si la maceta es pequeña. Tras la floración, en otoño, se puede podar enérgicamente si la queremos conservar en una maceta como las de geranios o bien con menos intensidad si queremos que forme una buena mata, pero siempre es conveniente podar algo para que el arbusto se haga más denso y no adopte una forma desordenada. Si se cultiva esta planta en zona muy fría, una vez podada y sin hojas, no necesitará luz y se podrá conservar en un local al resguardo de heladas pero frío incluso hasta los cero grados. En estas condiciones el riego se limitará a una aportación cada 20 o 30 días.
Las hojas y las flores de Lantana tienen un fuerte y peculiar aroma que a mi no me resulta desagradable y que me recuerda al de las caléndulas. Las mariposas sienten verdadera predilección por las flores de Lantana y entre sus visitantes más asiduos en verano entre estos insectos, está la Esfinge colibrí. Por desgracia no son los únicos insectos que se sienten muy atraídos por esta planta ya que la plaga de la mosca blanca es la que más ataca este arbusto. La aplicación de rociadas de agua jabonosa, insecticidas o mejor aún el control biológico de esa plaga mediante la diseminación de su depredador Encarsia formosa eliminarán el problema.