Forma matas leñosas de hasta un metro de altura y florece con profusión a partir de abril y hasta el otoño, con flores muy pequeñas tubuladas, agrupadas en umbelas de color azul y lila, con estilos que sobresalen bastante y que le ha valido el nombre común de Alfilerillos.
Si se quiere cultivar en un jardín o balcón es sencillo, basta que le proporcionamos el ambiente en que desarrolla de forma natural, por ejemplo una maceta con tierra arenosa y grava caliza, y se puede situar en lugares sombríos donde pocas plantas florecen tan espectacularmente, aunque también crece al sol si tiene la humedad necesaria. Se reproduce por semillas que se pueden cosechar en otoño y sembrar al final del invierno, las semillas deben guardarse en un lugar frío, también por gajos de las matas con algo de raíz que se pueden plantar cuando no hace ni mucho frío ni mucho calor. Una vez arraigada, esta mata se diseminará por si sola y puede llegar a propagarse más de la cuenta si no la controlamos. A veces puede aparecer por si sola si tenemos algún muro antiguo que reuna las condiciones que le gustan. Las plagas no son un problema para esta mata. Creo que esta bonita planta silvestre, bastante poco frecuente en jardinería, debería ser más conocida y cultivada, sobre todo es muy útil para llenar de flores, patios y lugares sombríos, donde otras plantas no florecen.