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viernes, 15 de octubre de 2010
Claveles, Dianthus sp
Los claveles, otra especie clásica de los balcones españoles junto con el geranio, parecen estar pasando de moda en los últimos años en los que cada día se ven menos, yo creo que esto es consecuencia de varios motivos, no todos negativos, por ejemplo la mayor diversidad de especies que se pueden encontrar en el mercado para cultivar en nuestras jardineras hace que no tengamos que recurrir siempre a las mismas especies, pero también es verdad que el clavel, me refiero al clavel clásico, también ha sido víctima de una imagen de flor anticuada, la típica flor de floristas, para determinados usos fúnebres. Además el aspecto casi siempre desmañado de esta planta en cuanto alcanza una cierta edad unido a que en realidad no es fácil de cultivar ni de combinar con otras plantas, también ha contribuido a su decadencia. Sin embargo también han aparecido últimamente variedades de claveles que se prestan mejor para el cultivo como flor de jardín y jardinera, estos claveles son cruces de Dianthus caryophyllus (el clavel clásico) y Dianthus plumarius (clavellina de pluma) y son resultado del trabajo de los hermanos Allwood en West Sussex, Inglaterra, que han creado una gran variedad de cultivares. El follaje es de tonos grises y verdes, crece como una alfombra acolchada y sus tallos alcanzan longitudes de entre 10 y 30 cm. A su gama de colores simples y combinados añaden un inigualable aroma.
Las clavellinas clásicas son de la especie Dyanthus deltoides y también crecen en forma de tapiz acolchado y con hojas que no suelen sobrepasar los 10 cm de altura. Sus flores pueden ser sencillas o dobles.
Otras variedades de claveles muy usados en parterres y jardineras son Dianthus barbatus, el Clavel de los poetas, estas son plantas bienales que se pueden obtener de semilla y por división de las matas, se suelen comportar como vivaces de ciclo corto, y presentan formas enanas y otras de hasta 45 cm de altura, con flores bicolores, a menudo con un “ojo” central, simples pero agrupadas en corimbos, aromáticas, sirven también como flor de corte ya que duran bastante en un jarrón.
El otro gran grupo de claveles de jardinería es el de los Dianthus chinensis, los llamados Claveles chinos, con una longitud de entre 20 y 30 cm, ideales para macizos florales, arriates, jardineras y macetas. Se trata de una especie anual semirresistente, que se obtiene generalmente de semillas que se siembran en marzo (en el hemisferio norte, claro) y empiezan a florecer en junio hasta septiembre. A veces se resiembran solas y en otros casos sobreviven al invierno y vuelven a recuperarse en primavera.
Hay otras especies de pequeños claveles silvestres que se usan en rocallas como D. arenarius, D. armeria, D. alpinus etc .
En cuanto a cultivo todas las especies prefieren la plena luz solar, suelo con abundancia de materia orgánica pero suelto y no arcilloso, el drenaje tanto en el jardín como en maceta debe ser perfecto sin retención de agua, de naturaleza neutra o ligeramente alcalina. En un suelo fértil basta con abonar dos veces por año en primavera y mediados del verano. En las variedades altas conviene cortar todos los tallos que hayan florecido, los secos enfermos y estropeados, hasta cerca de la base. En las más pequeñas se cortan con unas tijeras todos los tallos floridos ,una vez secas las flores, para mantener las matas limpias y estéticas.
Las orugas tortrix y la roya del clavel son las plagas más peligrosas, esta última puede destruir por completo una plantación de clavel pero ataca sobre todo a las variedades grandes de Dyanthus Caryophyllus. Hay que cortar lo enfermo y aplicar un fungicida pero a lo largo las matas más viejas acabarán muy afectadas. Es mejor sacar esquejes jóvenes y sanos, que se pueden obtener casi en cualquier época, para tener siempre plantas nuevas y más resistentes.
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