sábado, 25 de junio de 2011

Jacarandá mimosifolia

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Esta entrada también podría titularse: “En junio en Asturias florecen los Jacarandás ” y a más de uno le extrañará porque este bello árbol tropical no se asocia para nada con el norte de España. En el Mediterráneo, Baleares y Canarias  son frecuentes y es posible ver la espectacular floración de los Jacarandás que se convierten en una nube de flores azul malva, pero en Asturias eso no es posible pensará la mayoría, sólo se pueden tener como arbolito en el interior o en un invernadero y además en maceta no florecen. Bueno pues yo voy a demostrar que es posible cultivarlo en el exterior en las zonas de la costa asturiana y por ende en toda la Costa Cantábrica, que resisten los inviernos sin protección especial y que si, que también florecen en maceta.
La primera vez que yo vi estos árboles en flor fue en el Parque Eduardo VII de Lisboa, donde hay un grupo de ellos y de considerable tamaño, desde entonces siempre quise poseerlos y probar a cultivarlos en mi tierra, hace unos 6 o 7 años cuando pasé mis vacaciones en la bellísima localidad tinerfeña del Puerto de la Cruz, le compré uno a una señora que vendía plantones de jacarandás  y otros árboles tropicales en plena calle, una vez de regreso lo he estado cuidando en la terraza, trasplantándolo progresivamente a macetas de mayor tamaño y la verdad sin muchas esperanzas de verlo florecer, pero satisfecho igualmente porque es un arbolito muy  elegante con su follaje plumoso de indudable aspecto tropical, y con sus frondes como de helecho lo suelo asociar con los verdaderos helechos que tengo y combina muy bien. Pero este año, por fin, ha florecido por primera vez y aunque reconozco que el pequeño ramillete de flores que ha dado, las de la foto de arriba, no es muy espectacular, a mi me ha llenado de satisfacción. Cual no sería mi sorpresa cuando a pocos metros de donde vivo, en un terreno abandonado y lleno de maleza al lado de la vieja iglesia de Sabugo, me llamo poderosamente la atención unos ramos de flores azules que se divisaban entre  la maleza, me acerco y efectivamente es un pequeño árbol de Jacarandá floreciendo en plena ciudad de Avilés sin que casi nadie repare en él, y por el aspecto del solar sin que nadie lo cuide. No pude resistir la tentación de fotografiarlo y dar a conocer este pequeño acontecimiento que demuestra sin ningún género de dudas que esta especie resiste los inviernos de la costa asturiana y florece perfectamente, así que ya saben  mis convecinos cantábricos, el Jacarandá es cultivable en nuestras tierras y siendo un árbol tan bonito no debemos privarnos de él por más tiempo. Los que vayan de vacaciones a lugares donde es posible adquirir esta especie pueden aprovechar para hacerlo.
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El Jacarandá mimosifolia es un árbol de la familia de las Binognaciae originario de Argentina y Bolivia, extendido por todas las regiones tropicales y subtropicales como árbol ornamental, como curiosidad decir que la ciudad sudafricana de Pretoria recibe el nombre de ciudad del Jacarandá, porque tiene plantados más 60.000 ejemplares de esta especie, que allí florece en octubre y quienes lo han visto en plena floración dicen que es un espectáculo inolvidable. A este árbol se le llama también Árbol Helecho y Jacarandá Mimoso. Es un árbol caducifolio que puede alcanzar los 15 metros en zonas tropicales y parece ser que es bastante capaz de remover cimientos y levantar aceras en esas regiones por lo que se aconseja no plantarlo muy cerca de casas, pero en el norte esa posibilidad es más que remota y no creo que alcance más altura de cinco metros. En maceta, que debe ser lo suficientemente grande cuando esté desarrollado, al menos 50 cm de diámetro, es posible cultivarlo en zonas frías retirándolo a un lugar protegido en invierno, como pierde las hojas y hay que regarlo muy poco en esa época, se puede guardar incluso en un local sin calefacción y poco iluminado, o bien tenerlo en invernadero quien posea uno. Necesita una buena tierra de plantación, con muchos nutrientes y muy bien drenada, en temporada de crecimiento conviene fertilizar con abono orgánico especial para arbustos de flor. No tiene requerimientos especiales respecto al PH del sustrato y nunca ha tenido ninguna plaga ni enfermedad desde que lo tengo.
Se puede podar al final del invierno y parece que eso estimula la floración.
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En esta imagen tomada esta misma tarde, lo vemos en su rincón, cerca del estanque que le proporciona mayor humedad con el agua que el calor del verano evapora. Tengo que decir que no me da realmente mucho trabajo ni como ya dije, especiales precauciones, así que puedo decir que casi podríamos calificarlo de rustico en esta zona.
Confío en que esta entrada anime a más gente a cultivar jacarandás en estas latitudes.

jueves, 16 de junio de 2011

Myosotis scorpioides sin. M. palustris, Nomeolvides acuático, Plantas palustres

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Con esta entrada voy a comenzar una serie de ellas dedicadas a las plantas acuáticas y palustres que iré publicando de forma discontinua a lo largo del verano, mi intención es dedicar también alguna entrada a la instalación  de un estanque en una terraza o en un  patio.
El Myosotis scorpioides  también llamado Myosotis palustris es la verdadera especie que dio lugar  a su original y poético nombre común en la mayoría de las lenguas europeas: Nomeolvides en español, Forget- me- not en inglés, Ne m’oubliez pas y también Herbe d’amour en francés, Vergissmeinnicht en alemán y Non ti scordar di me  en italiano por citar algunas de ellas. Existen varias leyendas vinculadas al origen del nombre esta flor, la más conocida es la leyenda germánica que afirma que recibió su nombre cuando un caballero medieval cogía estas flores para su dama en la orilla de un río, pero resbalo y a consecuencia de que llevaba puesta una pesada armadura se hundió sin remedio en sus aguas, pero antes en  un último esfuerzo lanzo el ramo de flores a su amada mientras gritaba: “No me olvides”. En otra se dice que habiendo puesto Dios nombre a todas las flores de la Creación se olvido del de  esta pequeña planta y que esta le pedía “Señor, Señor ¡no me olvides!, a lo que Dios respondió:” Desde ahora ese será tu nombre”; también se cuenta que esta planta fue creada por el Niño Jesús para que los hombres pudieran tener para siempre un recuerdo de sus propios ojos. El Nomeolvides fue una flor muy popular durante el siglo XIX cuando tuvo su mayor auge el llamado lenguaje de las flores ya que por su simbolismo fue utilizada como regalo entre los amantes, lo que quedó reflejado en varias obras literarias de la época y parece que incluso se le atribuyó un fuerte simbolismo sexual.
Como vemos todo muy entre poético y ternurista, sin embargo, los antiguos griegos que por primera vez nombraron a esta planta autóctona de Eurasia fueron bastante más prosaicos, Myosotis significa en griego “Oreja de ratón” por la forma de sus hojas.
Myosotis  scorpioides  es una planta europea perenne que pertenece a la familia de las Boraginaceae, el género tiene más de 50 especies que están extendidas por todo el mundo ya como especies autóctonas ya como plantas introducidas. Parece que en Norteamérica  M. scorpioides se ha convertido en una planta invasora en determinados entornos.
La planta es muy fácil de cultivar, acepta todo tipo de suelos, puede crecer directamente dentro del agua  entre 0 a 10 cm de profundidad, pero se suele utilizar más como planta de margen o de orilla húmeda. También crece en terreno normal siempre que tenga cierto grado de humedad. La mejor exposición es al sol o a media sombra. Se reproduce sin problemas por semillas sembradas en primavera o por esquejes del tallo de mayo a junio. Con frecuencia se resiembra sola y se extiende también a través de sus raíces rizomatosas, lo que hace necesario mantenerla bajo control.
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Florece profusamente desde mayo y durante el verano, la temporada se alarga si cortamos los tallos con flores secas antes de que formen semillas.
Utilizada como panta acuática podemos plantarla en una cesta especial para este tipo de cultivo, usaremos un sustrato a base de tierra arcillosa y arena de río, si podemos conseguirla, si no el sustrato que tengamos a mano porque la planta en si no es muy exigente en ese aspecto, pero si utilizamos uno demasiado rico en materia orgánica, estamos contribuyendo a que un exceso de nutrientes en el estanque pueda desencadenar una invasión de algas. En cualquier caso debemos cubrir con gravilla de acuario la superficie de la cesta o maceta para evitar que el sustrato se levante al sumergirlo en el agua o eventualmente los peces lo revuelvan, además eso aporta el peso necesario para que el recipiente se quede donde queremos sin moverse. En el momento de plantar podemos introducir en el sustrato un abono especial para plantas acuáticas, en forma de pastilla dura que se irá disolviendo muy poco a poco a medida que la planta lo necesite. Si hay peces en el estanque ellos también contribuirán a fertilizar las plantas.
Como planta marginal en un estanque de terraza, se coloca en un recipiente adecuado situado en el reborde poco profundo del estanque o bien en una zona de poca profundidad según el modelo. Si no existiera ninguna de las dos habrá que colocar algunos ladrillos hasta la altura necesaria. Cuando la planta crezca tapará por si misma las vistas antiestéticas del recipiente. En plena tierra se planta normalmente con cuidado de que tenga suficiente humedad. Yo no le conozco plagas ni enfermedades, Quizá el pulgón pueda ser un problema, es mejor no usar insecticidas al borde de un estanque, simplemente se cortan las puntas de los tallos donde se concentra el pulgón y se destruyen, esta planta tan prolífica pronto dará nuevos tallos.
En invierno casi desaparece en climas fríos pero no hay que asustarse, esta planta es totalmente rústica y aguanta los fríos más extremos, baste decir que es planta abundante en  Siberia.








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sábado, 11 de junio de 2011

Bambú sagrado, Nandina domestica

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Este arbusto recibe comúnmente el nombre de Bambú Sagrado o Bambú Celestial pero no es un verdadero bambú en absoluto, simplemente sus hojas y tallos se asemejan un poco a los del bambú. Además, en climas cálidos hay abundantes referencias a que, como el bambú, puede volverse invasora y que puede extenderse por todo el jardín tanto por semillas como por sus raíces, difíciles de desarraigar.  Esa característica hace que para algunas personas, las menos,  este arbusto sea muy desaconsejable sin embargo son muchos más los jardineros que opinan que Nandina es uno de los mejores arbustos que se pueden cultivar en un jardín. En la zona Cantábrico-Atlántica no debemos temer que sea una planta invasora y no consta ninguna referencia a que haya logrado asilvestrarse o  se haya multiplicado sin control, tampoco tengo referencias de problemas en ninguna otra parte de nuestro país, así que parece que podemos cultivarla sin preocupaciones.
Pertenece a la familia de las Berberidaceae y sus distintas especies son originarias de Japón, China y la India. En España empezó a cultivarse de forma abundante hace relativamente pocos años pero ahora es frecuente verla un poco por todas partes.
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La planta puede alcanzar los dos metros de altura, bastante menos en maceta, y presenta tallos sin ramas que brotan directamente de la raíz, las hojas son verdes y se distribuyen de forma horizontal por el tallo, dando al arbusto una apariencia muy elegante y exótica, su aspecto oriental que responde a sus orígenes, lo hacen muy adecuado para adornar los jardines de inspiración japonesa. A finales de primavera o principios de verano, produce panículos cónicos de pequeñas flores blancas que van seguidas de bayas de color rojo. Al ser auto fértil no se necesita más que un ejemplar para tenerlas, aunque si hay varios la fructificación será más abundante, suelen durar todo el invierno, pero la cualidad más notable de Nandina es que en otoño las hojas verdes se vuelven rojas pero en invierno no se caen sino que se vuelven de nuevo verdes a lo largo del invierno. El Bambú Sagrado tiene ahora varios híbridos de jardinería de los que el más conocido es la variedad compacta llamada “Fire Power” con hojas como fruncidas algo diferentes de la variedad original y con crecimiento bajo. También existen variedades con hojas blancas, matizadas de crema y rosa, “Variegata”, en otras como la “Woods Dwarf” las hojas son doradas, en cambio la variedad “Alba” tiene bayas blancas en vez de rojas y la “Flava” tiene bayas amarillas.

El cultivo de Nandina domestica es muy sencillo aunque pueda parecer lo contrario leyendo ciertos manuales, por ejemplo se suele considerar que es un arbusto de terreno ácido pero en realidad se adapta a todo tipo de suelos e incluso exposiciones, aunque la coloración otoñal es más intensa cultivada al sol. Otra sorpresa que reporta esta planta es que , a pesar de su origen es extraordinariamente resistente a la sequía y al calor, precisamente en los Estados Unidos, Nandina  se ha asilvestrado descontroladamente por estados como Texas y Arizona.  Respecto al frío, puede aguantar perfectamente hasta 10º C bajo cero.
De todas formas es mejor que la reguemos regularmente en verano, precaución aún más necesaria si la cultivamos en maceta, que puede tener un tamaño de unos 25cm de diámetro por otro tanto de profundidad, cuanto más queramos que crezca la planta la trasplantaremos a una maceta mayor. Cada año, en todo caso debemos al menos renovar la capa superficial por un buen sustrato de calidad. Lo que si es esencial es que ni el terreno, o en su caso la maceta, se encharquen, así que hay que proveer un buen drenaje. Las imágenes que acompañan esta entrada pertenecen a la variedad normal de Nandina domestica.

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