domingo, 11 de octubre de 2009

Las Dalias

septiembre de 2009 006
Las Dalias, (Dahlia hibrida) son plantas tuberosas muy conocidas y populares que se cultivan por todas partes y, por supuesto también son magníficas plantas para macetas y jardineras que tienen su sitio en cualquier terraza o patio soleado. Los ejemplares “mini” de los que cada año salen nuevas variedades, son perfectas para tener en jardineras en el alfeizar de la ventana donde compiten con las Begonias tuP6010010berosas en el despliegue de color en verano y otoño.
Las dalias tienen profusión de formas, colores y tamaños, tanto de las flores como de la propia planta, con decir que existen más de 20.000 variedades híbridas en el mercado, que ya serán muchas más cuando se escribe esto, y que su diversidad de formas es también notable: anémona, decorativa, cactus o semicactus, pompón, orladas y laciniadas, peonía, cuello de encaje, simples o dobles, con una amplia variedad de colores y combinaciones, de los que sólo el azul y el negro no se han logrado todavía.
Hay dalias de 20 cm de altura y dalias de cuatro metros de altura y más, como es el caso de la Dahlia imperialis, Dalia arbórea, nativa de México, como toda la especie, que seguramente se pueda
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cultivar mejor en plena tierra que en una maceta, aunque si hubiera podido conseguirla yo lo habría intentado.
El cultivo de las Dalias no tiene complicaciones, sol agua y un buen fertilizante para plantas con flores es cuanto necesitan. En cuanto a enfermedades o plagas, el pulgón es su principal amenaza pero se puede eliminar fácilmente, en lugares cálidos y húmedos el oídio o mal blanco, puede ser un problema al final de la temporada. Si el clima no tiene fríos extremos, ni siquiera será preciso sacar los tubérculos, al final del otoño para replantarlos en primavera, pero si uno tiene tiempo es mejor hacerlo, tanto para dividirlos como para limpiarlos de los trozos dañados o podridos que pueden comprometer la vida de la planta. Las Dalias pueden reproducirse por tubérculos, pero también por esquejes que enraízan con facilidad, y en las variedades sencillas también por semillas.
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Las Dalias florecen durante el verano, pero es ahora en el otoño cuando despliegan sus últimas floraciones, hasta que la llegada de los primeros fríos otoñales maten su parte aérea. 
Son plantas que combinan muy bien con una gran cantidad de otras especies, sus tubérculos se obtienen sin dificultad y a precio económico, así que son plantas muy recomendables para quien empiece en la jardinería y quiera un despliegue rápido de color sin necesidad de grandes esfuerzos.

















lunes, 5 de octubre de 2009

Nardos, Polianthes tuberosa “La Perla”

septiembre de 2009 026

El nardo, Polianthes tuberosa, es una planta rizomatosa cuyos rizomas se parecen a los bulbos, su origen es mexicano y se ha cultivado sobre todo por su maravilloso y penetrante aroma que se hace notar a distancia, especialmente en las cálidas noches del verano. Sin embargo su cultivo ha sido más popular en tiempos pasados de lo que lo es ahora. De hecho tanto su olor como su apariencia rememoran inmediatamente aquellos tiempos del cuplé en los que la florista viene y va con los nardos apoyaos eseptiembre de 2009 027n la cadera. Fuera de bromas, lo cierto es que el aroma del nardo nos recuerda aquellos perfumes de nuestras abuelas,  también es la típica flor de ramo de novia, pero demodé o no, hay que reconocer que se trata de una flor preciosa, de un blanco puro y tacto como si estuvieran hechas de cera, semidobles en la variedad “La Perla”, además duran bastante, tanto en la planta como en un jarrón, así que deberían volver a ser más cultivadas de lo que lo son. Por supuesto se pueden cultivar perfectamente en maceta, pero quien quiera usarlas en un arriate puede plantar sus rizomas entre otras plantas vivaces o anuales, ya que sus tallos destacarán notablemente sobre ellas. También combinan muy bien con las rosas.

septiembre de 2009 025

Desgraciadamente es una planta delicada que fuera de los climas cálidos, deberá extraerse del suelo en el otoño para volver a plantarla a principios del verano. Atención, una peculiaridad de esta planta es que cada rizoma florece una sola vez, por lo que deberá desecharse y sólo replantaremos los nuevos rizomas que se habrán formado a su alrededor. Con frecuencia eso significa que tardarán dos temporadas en florecer hasta que tengan el tamaño adecuado, así que mientras no tengamos una buena provisión de rizomas en edad de florecer, tendremos que adquirir rizomas nuevos los primeros años.  En cuanto al cultivo, no hay exigencias especiales, una buena tierra, fertilizante cada 15 días, que no pase sed y una exposición soleada, es todo lo que necesita. Para quien tenga jardín, decir que a los caracoles y limacos también les encanta esta planta, si no se la protege cuando brota nos quedaremos sin floración.