viernes, 16 de enero de 2009
Camelia japonica
Después de una prolongada ausencia por razones técnicas, retomo la publicación de nuevos entradas sobre especies adecuadas para cultivar en macetas y jardineras en terraza y balcón. En estos días han comenzado a florecer las primeras camelias de mi terraza.
La camelia es sin duda una de los arbustos más apreciados y bonitos de cuantos se pueden cultivar en clima atlántico, sus flores aunque carentes de aroma, excepto en la especie C. sasanqua, son muy apreciadas por su elegancia, formas y colores y tienen un aire romántico que subraya la belleza de su follaje perenne y de textura cérea y brillante. Dependiendo de las especies y variedades, podemos encontrar camelias en floración entre principios de invierno a finales de primavera en todo el hemisferio norte, pero especialmente en aquellas latitudes en las que existen los grados de humedad y frescor ambiental que son más favorables para su cultivo. En España las camelias se adaptan muy bien al clima de la Cornisa Cantábrica y Galicia donde además del clima hay suelos con Ph ácido, es decir con muy poca o ninguna presencia de cal, que son los que este arbusto necesita para crecer bien. Galicia tiene jardines con grandes ejemplares arbóreos y muy antiguos de camelia, y también existen una gran cantidad de viveros especializados en la producción de camelias y en la obtención de nuevas variedades.
La camelia procede del Japón, como denota el nombre científico de la especie más común, la Camelia japonica, pero también existen especies de camelias no tan corrientes en cultivo que además de en Japón, se encuentran en otras zonas del Extremo Oriente, la C. sasanqua y la C. Williamsii entre otras, pero muchos ignoran que una de las infusiones más comunes en el mundo y muy apreciada en Oriente y por nuestros vecinos británicos, el té, es en realidad una infusión de hojas de una especie de camelia: la Tea camelia o Camelia sinensis.
La Camelia es muy fácil de cultivar en maceta, siempre que la cultivemos en un sustrato a base de turba y tierra de castaño o brezo que garantice la acidez del suelo, esto evitará su amarilleamiento o clorosis que acabarían con el arbusto en un suelo calcáreo; en las condiciones adecuadas y con un cambio periódico de maceta, hasta alcanzar los 60 centímetros de diámetro máximo, un arbusto de camelia puede vivir de forma indefinida en nuestra terraza o patio. El agua de riego y los fertilizantes también deben estar exentos de cal o descalcificados y debemos colocar el arbusto protegido de los lugares expuestos al sol del medio día, secos y con ambiente tórrido. En la zona climática cantábrica y atlántica, las condiciones son las ideales y podemos cultivarla casi en cualquier parte siempre que la protejamos de suelos calizos y de los vientos marinos cargados de sal. Existen asociaciones de aficionados del cultivo de la camelia por todo el mundo y también en España, donde podremos encontrar consejo sobre su cultivo y comprobar la ingente cantidad de variedades de camelias que existen hoy en día.
En los siguientes enlaces, podemos encontrar más sitios web sobre camelias:
Revista Camelia
Sociedad Española de la Camelia
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